Pero no sólo en Chequia se produjeron altercados durante la celebración del Orgullo Gay. También la capital búlgara, Sofía, fue escenario de incidentes durante la marcha reivindicativa.
Ya hemos hablado alguna vez en Ambiente G de la homofobia latente que existe en Bulgaria, y precisamente Sofía celebraba este año el primer desfile del Orgullo desde que cayó el régimen comunista a finales de la década de los 80.
Los 500 manifestantes fueron atacados con cócteles molotov y con botellas, además de sufrir insultos y amenazas lanzadas por los ultranacionalistas e incluso por transeuntes de la capital búlgara, a pesar de los esfuerzos de la policía bulgara para evitar enfrentamientos.
Además, mientras los gays se manifestaban pacíficamente, había convocada una manifestación
bajo el lema «Mi familia y yo», para protestar por la marcha gay.
Entre los asistentes, podemos encontrar demócratas como un adolescente llamado Círil, que estaba «esperando a los estúpidos (o sea, a los gays), para tumbarles al suelo y dar saltos sobre sus cabezas». La verdad es que no entiendo como alguien que dice una frase de este estilo tiene el lujo de permitirse llamar «estúpidos» a otros, pero bueno…
El caso es que la policía, como ya he dicho unas líneas más arriba, trató de impedir el ataque de los radicales, deteniendo a 22 personas, entre los que se encontraba Boyan Rasate, líder del partido ultranacionalista Unión Búlgara Nacional, acusado de tirar pertardos contra la propia policía.
Este mismo elemento había lanzado unos días antes una campaña nivel nacional contra la homosexualidad, con el lema «Sea intolerante, sea normal».
Vía I 20 Minutos
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