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Un ex sacerdote homosexual escribe una carta al Papa

01/08/2013 por José 10 comentarios

Andrés Gioeni

Las palabras del Papa Francisco en las JMJ acerca de la homosexualidad siguen dando mucho qué hablar. Pocos son los que han visto en el discurso del Papa una realidad aperturista, pero sí son muchas las reacciones, tanto dentro como fuera de la Iglesia.

Una de las más llamativas es la de Andrés Gioeni, un ex sacerdote que abandonó la iglesia para poder vivir su homosexualidad y que ahora ha decidido escribir una carta al Papa para explicarle los errores de la iglesia todos estos años y pedir una mayor apertura. Merece la pena leerla.

Javier Martinez Coaching LGBT

Admirado y estimado Francisco:

¡Paz y bien! Me tomo el atrevimiento de escribirle, con todo el respeto y la admiración que se merece.

Como millones de personas, he estado observando, escuchando y siguiendo de cerca su asunción, sus primeros gestos como Pontífice, su viaje a Latinoamérica, sus hermosas palabras hacia los jóvenes. Y, aún en mi actual agnosticimo, se han renovado mis esperanzas de que en el interior de la Iglesia pueda hacerse realidad el largamente esperado “aggiornamiento”, tan declamado y reclamado por el Concilio Vaticano II.
Me alegro y celebro el hecho de que siga entrando aire fresco al interior del Vaticano, ya que queda mucho camino por recorrer.

Personalmente me hago eco de sus palabras: quiero “hacer lío”, quiero “que no me excluyan”, quiero pertenecer. Quiero hacer valer mis derechos y el de muchos otros que se encuentran en similar situación, no quiero quedarme de brazos cruzados. Alguna vez fui sacerdote católico, pastor, compartí ese ímpetu misionero y esa necesidad de reclamo de apertura eclesial. Hasta que decidí abrirme a un costado cuando descubrí mi propia tendencia homosexual y admitir mi imposibilidad de ejercer el ministerio pastoral en celibato. Hoy ya mis caminos van por otros rumbos y mi vocación se tiñó de otros matices.

Pero sus palabras y su ejemplo me hacen tomar fuerzas e impulsar esta iniciativa. Me atrevo a hacerme portavoz de una gran porción de personas que pertenecemos a la comunidad homosexual. Y simplemente, con humildad, pedirle encarecidamente que incentive, estimule, promueva y acompañe una mayor profundización en la Teología moral sexual acerca del lugar y la experiencia de la persona homosexual.

No le pido que de un día al otro la Iglesia cambie su catecismo en referencia a este tema. Simplemente le pido que no se estigmatice a aquellos teólogos y pastores que aportan elementos de disenso a una respuesta pastoral poco satisfactoria para tantos de nosotros.

No le pido que se oponga a la extensa Tradición que habla de pecados contra la naturaleza, sino le pido revisar y ampliar el concepto de naturaleza.

No le pido que no se lea e interprete la Sagrada Escritura, sino que se profundice y se ahonde en lecturas despojadas de preconceptos. Que se dejen de utilizar como “caballito de batalla” pasajes bíblicos que la Teología ya ha demostrado y descartado que se refieran a ese tema. ¿Cuánta más agua deberá pasar por el río para que se desligue la palabra “Sodomía” a un pecado que no habla de lo que el pasaje bíblico quiere denunciar? Usted sabe mucho más que yo, que como este, estamos plagados de errores de interpretación que han llevado a que la Verdad (esa que nos hace tan libres) quede relegada y oculta durante mucho tiempo. Sólo para ilustrar con un ejemplo: ¿Cuántos años tuvieron que pasar hasta que Juan Pablo II pidiera perdón por los errores de la Iglesia en referencia a Galileo Galilei? Por interpretar erróneamente un pasaje bíblico (Josué 10,12-14). Es llamativo que también en esta controversia haya conceptos de naturaleza en la base.

No le pido que no siga manteniendo una doctrina. Le pido que la ayude a seguir creciendo y adecuándose a los nuevos paradigmas del mundo contemporáneo que nos desafían a encontrar nuevas respuestas. ¿Recuerda que hace no tantos años la Moral Sexual afirmaba que el único objetivo primario del matrimonio era la procreación de los hijos? ¿cuántos matrimonios vieron renovada su alianza cuando fue reconocido también el aspecto del amor y la ayuda mutua, del bien de los esposos? Esas actualizaciones son aire fresco que renueva el corazón de las personas y las ayuda a vivir con mayor dignidad.

No le pido que diluya a Cristo, le pido que, mirándolo a él, se atreva a buscar a todas las ovejas dispersas como un Buen Pastor.

Muchos gobiernos y estados están abrazando una mayor apertura, una nueva visión de pareja. El tiempo es propicio. Ya hace varios años que el mundo pide a gritos un cambio de enfoque. Luego de años de revisión científica, en 1973 la Asociación Americana de Psiquiatría eliminó la homosexualidad del “Manual de Diagnóstico de los trastornos mentales”. Sin embargo hubo que esperar hasta 1990, para que la Organización Mundial de la Salud, retirara la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales.

Es necesario que la Iglesia dé un paso más contundente y significativo. ¿Para qué dilatar más este proceso? ¿No sería positivo ser pionera con respuestas de adecuación en una sociedad en permanente búsqueda? Hasta no hace muchos años se pensaba que esta tendencia podía curarse con diversas terapias y tratamientos. Y usted debe estar al tanto que son muchas las comunidades católicas que persisten en estas técnicas y dañan de por vida a tantas personas que se someten a este tipo de prácticas.

Por experiencia en el confesionario, son muchas las personas que abrazan la fe católica y siguen obteniendo una respuesta diluida, incompleta y que no puede encajar en su estilo de vida. Las personas de fe que tienen esa tendencia no tienen muchas opciones para vivir libremente su sexualidad. Quedan confinados prácticamente a dos opciones: ser castos o célibes (pero según la doctrina católica el celibato es un don que se otorga a pocos y que no se puede obligar a abrazar como voluntarismo) o actuar de modo diverso a lo propuesto por el catecismo y por lo tanto, vivir en pecado si es que se obra en consecuencia con su realidad homosexual.

Por otro lado, cuando veo en mi ciudad y en tantas otras ciudades del mundo las manifestaciones y marchas del orgullo gay, reconozco que no me siento del todo identificado con los modos en que aparecen los reclamos. Aún cuando en sus contenidos tengan muchas aristas de verdad, me duele ver las críticas despiadadas a la Iglesia (aquella que integré en el pasado con tanto entusiasmo) y a otras instituciones, y me pregunto si el enfrentamiento aguerrido puede ser solución en un mundo tan dividido por diferentes visiones.

Me encantaría poder ser puente y lazo entre posturas tan desencontradas, para que acerquen experiencias y puedan enriquecer las expresiones afectivas de la humanidad. Quiero asumir y trasmitirle algunas de las preguntas escondidas en esos reclamos:

¿De verdad el amor de dos personas, siendo del mismo sexo, no demuestra ni reflejan nada del amor de Dios? ¿no manifiesta algún rasgo por descubrir de su inabarcable creación?

¿De verdad insiste la Iglesia en esa visión maniqueísta de que la relación sexual homosexual es sólo un acto de placer carnal y no tiene una vertiente verdadera de afectación del espíritu que ennoblece el diálogo copular y corporal?

¿De verdad la Iglesia con sus silencios va a permitir que se sigan estigmatizando a tantos jóvenes en tantos países donde se siguen asesinando solamente por su tendencia? ¿No es tiempo, usted mismo lo dijo, de salir y defender la integridad del hombre con un mensaje conciliador e integrador?

Permítame por último remontarme a mi experiencia personal. Particularmente cuando me descubrí homosexual me asusté mucho, le tuve miedo a eso nuevo y desconocido con lo que me tenía que enfrentar. Tuve terror y pavor de estar desafiando la voluntad de Dios y de estar al borde del precipicio del infierno. Mi salida del sacerdocio fue caótica, escandalosa, dolorosa. Pero esa cicatriz, esa marca, ese aguijón es el que hoy me hace arremeter y desafiar este paradigma que hoy se encuentra sin respuesta sensata. Con sana humildad quiero decirle que hoy después de casi diez años de convivencia monógama con otra persona de mi mismo sexo, me siento feliz, realizado y con ganas de transmitir esta experiencia para que muchos otros puedan experimentarla y vivirla.

Ayúdeme y ayude a tantos otros a descubrir por dónde podemos transitar la fe, sin renunciar a esta experiencia de amor, que en conciencia, la sentimos fundamental en nuestras vidas.

Con admiración y elevando una plegaria por su ministerio.

Andrés Gioeni, otro hijo de Dios.

Vía y Foto | Facebook Andrés Gioeni

Archivado en:Integración Etiquetado con:iglesia católica

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Comentarios

  1. neiljosue89 dice

    01/08/2013 en 16:43

    Que grande este señor al escribir esta carta! Muy hermosa!

    Responder
  2. janto27 dice

    01/08/2013 en 17:27

    Si el Papa se dignara a leer esta carta la respuesta sería parecida a ésta:

    Hijo mío:

    He leído atentamente las líneas que me has escrito, con sincero amor mas también con profundo pesar. Tú, que has servido como sacerdote a Cristo, conoces las Sagradas Escrituras tan bien como yo. No es necesario acudir a los versículos que describen la aniquilación de las Ciudades de Sodoma y Gomorra, cuyos moradores desafiaron a Dios con su conducta. Recordarás, sin duda, cómo en el Levítico (20:13), sin género de duda, se condenan las prácticas contra natura en términos para nada ambiguos:

    «Si alguien se acuesta con un hombre como si se acostara con una mujer, se condenará a muerte a los dos, y serán responsables de su muerte, pues cometieron un acto infame.»

    También en el Nuevo Testamento, San Pablo censura tales relaciones carnales en varios pasajes, como en la Primera Epístola a los Corintios (6-9:10):

    «¿No sabéis que los injustos no heredarán el Reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros,ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores heredarán el Reino de Dios».

    No voy a extenderme en las diversas citas que contiene nuestra Sagrada Biblia, pues sé que recuerdas estos versículos que, deliberadamente, has omitido. Tú eres un hermano en Cristo, Nuestro Señor, y la Santa Madre Iglesia siempre es comprensiva con el pecador que ha errado su camino siempre y cuando reconozca su falta, su rebeldía contra Dios, y acepte la penitencia impuesta a sus actos nefandos. Satanás tienta con ardides las flaquezas de la carne y tú, hijo mío, hermano mío, has caído en la red de sus astucias. Vuelve a nosotros que te recibiremos con alegría, como la oveja que, tras alejarse demasiado del Pastor, recuerda la senda del Amor y la Obediencia. Renuncia al Pecado, arrepiéntete, que el Señor sabrá perdonarte y recibirte de nuevo en su amoroso seno. Pero si eres relapso, si continúas enfangando tu cuerpo con placeres perversos, arriesgas la salvación de tu alma, y nada podremos hacer ya por ti.

    Recibe mi bendición y te aseguro que estarás presente en mis oraciones para que recapacites y evites así arder en las llamas del Infierno.

    MIRA, CHAVAL, ESTÁ MUY BIEN QUE ESCRIBAS CARTAS AL PAPA, PERO TE DOY UN CONSEJO QUE ESPERO QUE SIGAS. APROVECHA EL TIEMPO PARA AMAR A TU CHICO, FOLLA CON ÉL CUANTO OS APETEZCA Y DEJA DE ESPERAR QUE LA IGLESIA BENDIGA VUESTRA RELACIÓN O VUESTRA UNIÓN.

    Responder
  3. hrakkar dice

    01/08/2013 en 18:27

    Muy buena y muy bonita. Ojalá sirviese…

    Responder
  4. ijijfiejfw dice

    01/08/2013 en 18:33

    No sabia si era ambienteg el que se copiaba de la web de cristianosgays o a la inversa. Con este articulo ya me han respondido. Ambienteg plagia.

    Responder
    • JoseBlogger dice

      01/08/2013 en 18:43

      Supongo que nombrar aquí a la web cristianosgays es tu forma de hacerles publicidad y, por tanto, hacer spam aquí. AmbienteG no plagia a nadie, tan sólo nos hacemos eco de una carta que Andrés Gioeni HA PUBLICADO EN SU FACEBOOK pidiendo, además, la máxima distribución posible. No la publicamos porque lo haya pedido, claro, sino porque nos parece interesante hacerlo. Te invito a poner el nombre de Andrés Gioeni en google, para que veas todos los medios que se hacen eco de esta carta y que, por tu regla de tres, han debido plagiar a la web que tú citas. Hasta 1.300 webs me salen a mi hablando de este ex sacerdote

      Responder
      • ijijfiejfw dice

        01/08/2013 en 18:47

        Es que no es esta noticia. Son la mayoría. Será casualidad y que soy un mal pensado.O que ellos os plagian. Pero no se que fue primero si el huevo o la gallina.

        Responder
    • edoardo dice

      01/08/2013 en 23:59

      Cristianos Gays? Negros nazis?

      Responder
  5. byronn dice

    01/08/2013 en 19:30

    En primer lugar, quisiera enseñaros algo muy curioso: Entre los capítulos 18 y 31 del libro 1º de Samuel, y en el primer capítulo del libro 2º de Samuel se narra de manera explícita, pura y bella, sin ningún tipo de tapujos morales, una relación de amor trágico homosexual entre Jonatán y el rey de los judíos David, digna de ser retratada dramáticamente por Shakespeare. Ya nos avisa la Biblia en el capítulo 18 que «[…], Jonatán quedó prendado de David, y Jonatán comenzó a amarlo como a sí mismo». Después se suceden una serie de acontecimientos bíblicos e históricos relacionados con la figura de David, antes de ser rey. Entre estos acontecimientos ocurren cosas interesantes que nos hacen pensar que entre David y Jonatán había algo más que una mera amistad, como cuando Jonatán ayuda a David para que huya, o cuando aquél visita al que va a ser el rey de los judíos en el campo de batalla en Zif. Pero lo más intrigante es el final del romance entre David y Jonatán, que comprende todo el primer capítulo del libro segundo de Samuel. Aquí, David se entera de la muerte de su íntimo amigo Jonatán y decide cantarle una elegía, llorando apenado por su triste pérdida, la cual dice así: «[…] estoy angustiado por ti,/ hermano mío, Jonatán,/ amigo queridísimo;/ tu amor era para mí más dulce/ QUE EL AMOR DE MUJERES […]» ¿Es quizás la Biblia el primer libro de la historia que relató la historia de un amor homosexual?

    Y por otro lado, este amigo (respetable) ha escrito una frase que no creo que haya sido la adecuada «¿No sería positivo ser pionera (La Iglesia) con respuestas de adecuación en una sociedad en permanente búsqueda?» ¿Acaso pretende que un sistema tan arcaico y conservador se convierta en el baluarte de la tolerancia y en la pionera del Orgullo Gay Cristiano? Podría ser así, aunque sólo si eliminamos de la historia contemporánea los esfuerzos de miles de personas anónimas, de grandes intelectuales (socialistas, ácratas, escritores, filósofos, profesores, médicos…), de mujeres feministas, de homosexuales… que han puesto todas sus fuerzas por destruir una realidad opresora. Me parece deleznable que ahora la gente piense que la Iglesia va a traer el entendimiento entre homosexuales y heterosexuales, cuando muchos años atrás ha habido personas anónimas y egregias que han perdido la vida por querer manifestar sus reivindicaciones y contribuir a la causa LGBT.

    Responder
  6. metropolis21 dice

    02/08/2013 en 10:43

    Muy bueno, Janto27 jajaja te ha salido la parodia que ni bordado. ¿Por qué te dan negativos?

    Responder
  7. ssoniar dice

    04/08/2013 en 18:47

    Me gustaría saber si le responden y el qué

    Responder

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