Todo empieza cuando el cura de la iglesia de Onda, Castellón, bendice el amor lésbico en un ceremonia llamada «Bendición del amor» entre Carmen y Lucía. Todo fue de maravilla, ceremonia de bendicón del amor, ágape posterior y creemos que incluso el baile. Todos contentos.
Hasta que un medio cercano a la iglésia lo descubrió. Lejos de estar contentos porque el párroco aumentara la lista de feligreses a la iglesia, y a pesar de que parece ser que el propio cura les pidió discreción, dicho medio decide publicar el artículo. Y en él denuncia la situación. ¿Por qué? Porque el párroco debería haberlo pensado mejor «antes de poner la parroquia que se le ha encomendado al servicio del lobby gay.»
Carmen y Lucía, que se habían casado el día anterior por lo civil, suponemos que sólo deseaban profesar el amor que se tienen delante de Dios y de sus familiares. Y al párroco de la iglesia de Onda, Castellón, le debió parecer bien y celebró la ceremonia de «bendción del amor» para el pasado 30 de julio. Además, seguramente la programó con bastante tiempo de antelación, porque los que tenemos a gente cercana que se ha casado por la iglesia un sábado de julio, sabemos lo concurrido y dificil de reservar, que son esas fechas.
Pero todo esto ha llegado a oídos del obispado y han decidido actuar. Según eldiario.es, el obispado ha manifestado que la ceremonia «contradice gravemente esta doctrina de la Iglesia Católica no sólo pretender celebrar ante la Iglesia un matrimonio entre personas del mismo sexo, sino también presidir la celebración de la bendición de una unión civil previa entre personas del mismo sexo». Así mismo, también dicen que el párroco ha prometido «nunca más volverá a llevar a cabo un actuación igual o similar».
En mi opinión, hubieran podido pensar que la idea del párroco de la ceremonia de «Bendición del amor», era una buena forma de integrar a las parejas LGBT que lo desearan en la iglesia, sin tener que llamarlo matrimonio (a lo que se oponen fervientemente). Podrían haberlo hecho, ya que en teoría el segundo de los dos mandamientos más importantes es «Cada uno debe amar a su prójimo, como se ama a sí mismo. Marcos 12:28-34”. Pero parece que no, que han optado por sancionarlo y zanjarlo de cuajo.
Vía | Eldiario.es
se puede creer en dios, los angeles y quien quieras pero las reglas de la iglesia son las que hay. Otra cosa es que se les denuncie por discriminación.
Érase una vez una institución corta de miras, que lejos de vivir en le pasado vivía en la prehistoria… Renovarse o morir. Que existan reglas no quiere decir que sean aceptables y mucho menos que no puedan cambiarse… al parecer, ademas de instituciones, tambien hay gente corta de miras… 😀
Que mal, la iglesia tiene una cacería de brujas contra los sacerdotes y obispos mas abiertos de mente.
La iglesia no creo que sea nadie para dar lecciones de nada ni los mas indicados ya que con tantos casos de abusos a menores que tienen y todo lo que ocultan es demasiado, es hora de que se abran a los nuevos tiempos y sean mas abiertos de mente por que no son los señores perfectos para discriminar a nadie por que tienen mucho que callar y de que avergonzarse