Su nombre sonaba desde hace varios meses,y por fin, se ha confirmado. El presidente norteamericano Barack Obama ha elegido una mujer pro matrimonio gay como miembro del Tribunal Supremo de Estados Unidos. Su nombre es Elena Kagan, y se va a convertir, a sus 50 años, en el miembro más joven de éste Tribunal, cuyos miembros son elegidos de por vida, una vez que el Senado apruebe su nombramiento a lo largo del próximo verano.
Kagan, que ha tenido que enfrentarse durante los últimos meses a rumores sobre su orientación sexual, fue la primera mujer que se convirtió en decana de la Universidad de Harvard, y también fue la primera mujer que ocupó el cargo de procuradora general.
Precisamente, cuando Elena Kagan era decana de Harvard, trató de impedir que el Ejército de los Estados Unidos reclutara soldados en el campus universitario, para mostrar su oposición a la ley don’t ask don’t tell, que prohíbe a los gays incorporarse al Ejécito si hacen pública su orientación sexual.
Pero al margen de su postura pro matrimonio gay, hay que destacar la brillante carrera profesional de Elena Kagan. Titulada en Princenton, Oxford y Harvard, en la actualidad es procuradora general, y anteriormente ha trabajado en las Administraciones de Clinton y Obama. Además, Kagan fue asistente del primer juez negro del Tribunal Supremo, Thurgood Marshall, consejera del entonces senador Joe Biden. Aunque también es cierto que su punto débil en todo el proceso de elección es su falta de experiencia en el campo judicial, algo que muchos consideran clave para ocupar un puesto como el de juez del Tribunal Supremo.
Pero a pesar de esta falta de experiencia en el campo judicial, quiero destacar la excelente trayectoria profesional de ésta mujer, porque en los últimos meses Elena Kagan ha sido atacada desde sectores republicanos basándose en rumores que la acusaban de ser lesbiana.
Por ejemplo, el bloguero republicano Ben Domenehc colgó en la web de la cadena CBS el pasado mes de abril una noticia en la que afirmaba que el presidente nortemericano estaba en el camino de satisfacer a gran parte de su beso electoral al elegir al primer juez del Tribunal Supremo declaradamente homosexual, en alusión a Kagan.
En medio de la polémica, la mismísima Casa Blanca desmintió que Kagan fuera lesbiana, mientras la afectada callaba. Por fortuna, el artículo de Domenech fue eliminado por la propia cadena CBS, al tratarse de un mero rumor. Pero lo más triste es que a estas alturas de la vida, todavía exista gente que piense que el mayor ataque que le puede hacer a una persona con una carrera profesional brillante sea que es gay o lesbiana.
Al igual que me parece triste que la Casa Blanca tenga que especificar la orientación sexual de una ciudadana que aspira a un cargo público. A fin de cuentas, ¿A quién le importa que alguien sea gay, lesbiana o asexual? Lo que debería importanos es que que cumpla con honradez y con profesionalidad las funciones para las que ha sido designada. Lo demás, es simplemente, marear la perdiz con asuntos que recuerdan a otras épocas más oscuras en las que estaban a la orden del día la caza de brujas.
Vía I El País
La verdad es que tienes toda la razón, pero creo que eso de ‘acusar a alguien de ser gay’ va mucho con la mentalidad de cada pais. Por ejemplo, aquí en España se ha intentado sacar del armario a más de un supuesto político gay y en vez de convertirse en algo polémico, solo se ha hecho eco la prensa rosa.
¡¡¡Díos mío como se atreven!!! Sí es lo que yo digo habría que empezar a investigar a todo el mundo de con quien se meten en la cama…ahora que caigo no se hizo ya algo así por Alemania en la década de los 30 del siglo pasado?..como se llamaba? Goebels, Himmler, Stalin? No caigo…
¡Hay que ver cuanto sexismo además de homofobia revela esta noticia!
Pues ojalá que sea lesbiana, que se entere todo el mundo y que haga ondear la bandera de los 7 colores junto a las barras y estrellas en el tribunal supremo o donde sea que vaya a trabajar… y si a alguno le da un jamacuco… ¡pues que lo reanimen!!
¡Y si no es lesbiana pues aún mejor! porque entonces… ¿que le va ni le viene lo del matrimonio a ella?
Totalmente de acuerdo contigo Nacho, «me parece triste que la Casa Blanca tenga que especificar la orientación sexual de una ciudadana que aspira a un cargo público». Vamos, es que no me imagino yo aa la Moncloa teniendo que hacer eso, de hehco yo creo que aquí estaría mal visto basarse en eso como argumento, no se lo tomaría en serio nadie