La edición de hoy de ‘El País’, contenía un artículo en el que el diario informaba sobre la emisión de contenidos violentos en las cadenas de televisión.
Según este artículo, las cadenas españolas emiten hasta 23 actos violentos por hora. Y lo peor es que la mayor parte de ellos se emitían dentro del horario considerado como de protección infantil.
La violencia se ha instalado en nuestra sociedad. Una sociedad que convive tranquilamente con la violencia de género, con las peleas en las zonas de bares o con las palizas en determinados barrios. Por no hablar del mobbing, de la homofobia o de las agresiones que se graban en teléfonos o videocámaras para ser colgadas después de internet.
Una sociedad que permite que sus niños crezcan viendo escenas violentas en televisión, o en el cine. Nuestra sociedad es cada día más agresiva. Y eso a nadie parece preocuparle.
De hecho, no he visto grandes manifestaciones por la violencia que los niños ven a todas horas en televisión. Ni tampoco he visto a la Iglesia Católica convocando manifestaciones contra los asesinatos de mujeres.
En cambio, estos sectores que se consideran la salvaguarda de la moral del país, y de la propia institución familiar, salen a la calle por hechos como el matrimonio gay, o consideran insultante que dos gays se den un beso en público.
Prefieren que los niños vean en televisión como un fulano ametralla a tres tipos que están comiendo en un restaurante, a que dos mujeres se den un pico en horario de máxima audiencia.
Esa es la doble moral de los sectores más ultraconservadores de este país. ¿Será mejor y más educativo para el desarrollo de un niño que pueda ver en televisión una pelea entre macarras con navajazo incluido a un beso de amor entre dos hombres?
Peleas todas las que quieras, pero besitos no, debe ser cuestion de que las peleas son de «machos». ¡¡¡La gente deberia de besarse mas!!