Cuesta mucho reponerse de la masacre que se produjo hace unos meses en el local gay Pulse de Orlando. Allí, recordamos, un terrorista se llevó la vida de 49 personas en el que fue el mayor ataque que sufre Estados Unidos desde el 11-S.
Las víctimas y familiares han dado ahora un paso legal intentando buscar culpables a lo que ocurrió. Y lo han encontrado en las redes sociales, ya que consideran que sin el soporte de las grandes redes, la expansión del Estado Islámico no sería posible.
Creen las víctimas que “las compañías de silicon Valley permitieron, según la acción legal, el acceso a los terroristas islámicos a sus plataformas para esparcir su mensaje extremista, recaudar fondos con los que alimentar su operativo y captar soldados dispuestos a luchar por su causa”. Vamos, que creen que Facebook, Twitter y Google no están haciendo suficiente para controlar el acceso y expansión del Estado Islámico a través de sus plataformas.
Facebook ya ha respondido que en su comunidad no permiten la existencia de grupos que apoyen al terrorismo. Al terrorismo no sabemos, pero basta hacer una búsqueda que diga “Muerte a los homosexuales” para encontrar varias páginas y grupos…
Twitter, por su parte, señala que ya se están adoptando medidas para combatir estos contenidos y que, cuando los detectan, los eliminan y bloquean el acceso a dichos usuarios.
Veremos dónde llega esta demanda…
¡Venga! ¡Culpemos al fabricante de cuchillos por los asesinatos!