Las redes sociales son herramientas a las que nos hemos acostumbrado: nos sirven para mantener el contacto con familiares, amigos y conocidos, para hacer networking en el trabajo, para leer mientras estamos en el baño…Vamos, a todas horas. La verdad, algunos nos hemos hecho adictos. En muchos casos, las diversas redes sociales delimitan una línea muy fina y desigual entre la libertad de expresión y el odio. Es frecuente ver cómo se bloquean cuentas con una mujer enseñando un pezón mientras toma el sol y sin embargo, cuentas con un contenido similar pero en varones no les sucede lo mismo. O cómo cuentas publican contenido violento, machista y/o homófobo campando a sus anchas. Este 2016 Twitter ha decidido bandera cuentas que tuiteen mensajes que inciten a la homofobia o contenido amenazante contra el colectivo LGBT.
A partir de ahora cuando queramos reportar una cuenta por conducta que incite al odio podremos hacerlo de manera concreta. La directora de seguridad de Twitter Megan Cristina asegura que:
Aunque animamos a la diversidad de opinión, continuaremos tomando medidas contra cuentas que crucen la línea del abuso. A partir de ahora la opción de reportar por incitar al odio será posible, reconociéndose como tal el promover la violencia, atacar o amenazar a personas por su raza, etnia, origen, orientación sexual, género, identidad de género, religión, discapacidad o enfermedad.
Hasta ahora, este tipo de ataques únicamente se podía reportar a través del genérico » Violencia contra otros». Para frenar la inmunidad que se siente en las redes sociales, Twitter además ha implementado nuevas herramientas que verificar la identidad de personas anónimas mediante sus números de teléfonos y otros datos adicionales obligatorios.
Habrá que ver si esta nueva medida resulta verdaderamente efectiva y sirve para proteger a las víctimas de estos abusos. Recordemos que hace poco la joven californiana trans de 16 años Taylor Alasna, se suicidó esta primavera tras sufrir bullying en Twitter. Se estima que la palabra «Faggot» – maricón en inglés – se ha tuiteado mas de 34 millones de veces desde el nacimiento de la popular red social. Para muestra un botón: si ahora mismo hacéis la prueba y en su buscador escribís «maricón», encontraréis un sin fin de tweets homofóbos.
Vía | Gay Star News
Me parece perfecto que se proteja a grupos minoritarios del acoso, pero la censura no es la solución. La libertad de expresión es sagrada, incluso en casos de homofobia.
Protege a la víctima de los acosadores, pero permite al otro que diga lo que le venga en gana. No puedes dar unos derechos quitando otros. No en un mundo justo e igualitario.
Disculpa que te diga pero la libertad de expresión no es sagrada, esta tiene ciertos limites principalmente cuando se daña a otra persona o a un grupo de persona(lo que seria el discurso de odio). Por eso se introduce lo que es el principio de ofensa o principio de daño en lo que se trata la libertad de expresión.
Me sorprende hallar personas que creen que la libertad de expresión es «decir lo que le venga en gana» sin pensar que esta se limita para que no entre en conflicto con otros valores y derechos humanos. Tu tipo de libertad de expresión se me hace mas un «libertinaje de expresión», en donde las personas pueden decir lo que le venga en gana sin pensar en como repercute en terceros.
Sé que en la actualidad en la legislación española es como describes, pero yo defiendo que la libertad de expresión o es absoluta o no es siquiera libertad de expresión. Por definición. Si hay un solo pero, una sola excepción, ya no hay libertad de expresión. En España nunca la ha habido.
Yo creo en la libertad, la libertad afectivo-sexual, la libertad de identidad, la libertad de expresión, la libertad religiosa, etc. Sin peros ni excepciones. Libre albedrío en su máximo esplendor.
Las palabras son palabras, «se las lleva el viento», no son acciones. Las palabras no hacen, las palabras dicen. Las palabras no hieren, las palabras no matan. Solo las acciones o las consecuencias.
No se muy bien como es la legislación española(soy ciudadano argentino), por eso no puedo decir mucho como es su libertad de expresión pero me baso principalmente del derecho internacional(en el que tanto Argentina como España aceptan). Si la libertad de expresión se la limita es con el único fin de que no viole otros derecho, de que no se utilicen discursos de odio o no se haga apología a acciones que afectan a terceros que no hicieron nada malo(algunas limitaciones la podemos encontrar en el articulo 13 del Pacto de San José de Costa Rica, por dar un simple ejemplo).
Sabemos también que es bastante difícil limitar la libertad de expresión en Internet por lo amplia que es y lo difícil de ser controlada.
En cuanto a lo que afirmaste de «Las palabras son palabras, “se las lleva el viento”, no son acciones. Las palabras no hacen, las palabras dicen. Las palabras no hieren, las palabras no matan. Solo las acciones o las consecuencias», es verdad no que estas no son acciones pero son una gran base para que se lleguen a la acción.
Lo podemos observar en toda la historia de la humanidad, como con la palabra, el discurso o lo escrito se ha llegado a alterar diferentes situaciones de la sociedad, por ejemplo la llegada de Hitler(un gran orador, no se puede negar) al poder, las revoluciones que se han producido en diferentes naciones, la aparición de nuevos sistemas políticos en diferentes partes del mundo, estos son algunos pocos ejemplos de lo que la palabra puede llegar a hacer, como estas pueden llegar a volverse acciones bastante fuertes(sean usadas para el bien o para el mal, aunque es bastante subjetivo).
También veras en la historia, muchos gobiernos totalitarios o religiones dominantes que destruyen libros, «simples palabras escritas», o callan oradores que están en contra de estos porque saben lo que es capas la palabra y en lo que se puede transformar en el futuro.
Precísamente por el poder que tienen las palabras para mover a la gente a cambiar las cosas es por lo que se debe permitir una libertad de expresión absoluta, tanto para cambiarlas en una dirección u otra.
En este caso, hacia la aceptación de los LGBT o hacia su rechazo. Ambas direcciones son igualmente válidas y debe ser la gente, con las palabras, las que convenza y decida. Pero si se censuran ciertas opiniones, entonces ya no hay libertad.