Es sábado por la noche y vas a salir de marcha. ¿Qué opciones se te plantean? Seguramente tengas varios planes. O quizás debas tirar de agenda o de Internet para conseguir un plan interesante. Eso sí, uno de tus principales miedos es encontrarte con tu ex novio. O uno de tus principales deseos…
Una situación similar es la que plantea Ramón Martínez (Madrid, 1982) en su última novela ‘Esta noche tú decides‘, con la que se ha proclamado finalista del IX Premio Odisea. Se trata de un trabajo en el que el lector tendrá que ir tomando decisiones para avanzar en su propia aventura, convirtiéndose en el auténtico protagonista.
Ramón Martínez es licenciado en Filología Hispánica, se está doctorándose en Historia y Teoría del Teatro en la Universidad Complutense y está acabando la carrera de Derecho y un Master en Gestión Cultural en la Universidad Carlos III.
Ha sido profesor de algunas universidades estadounidenses y ha publicado varios artículos sobre historia del teatro y acerca de la aparición de la homosexualidad en la historia de la literatura española.
‘Esta noche tú decides’ es su primera obra de ficción. Y aunque parezca mentira, ha tenido tiempo para atendernos y hablarnos de su novela largo y tendido. Después del salto, podéis disfrutarla.
El Castigador: ¿De qué trata ‘Esta noche tú decides’?
Ramón Martínez: ‘Esta noche tú decides’ es una “novela de novelas”, un librito donde se encierran muchas historias diferentes cuya construcción depende del lector. Es decir, será siempre él quien decida hacia dónde evoluciona el argumento, eligiendo al final de cada capítulo cuál es el siguiente que quiere leer. De ese modo cada persona construye su propia novela a partir de los materiales que yo le ofrezco y, así, el libro cambia según sea la personalidad de quien lo lea: puede ser una historia de amor, una novela erótica, una combinación de ambas… Vamos, lo que uno quiera.
EC: Está escrita en formato de “elige tu propia aventura”, una fórmula utilizada sobre todo en libros infantiles. ¿Por qué la has escogido para tu novela?
RM: Pues en el fondo es algo sencillo. Si te paras a pensar, todos los libros son “máquinas de leer” y, cuando nos hacemos mayores, cada vez los entendemos más como “máquinas de memoria”, esto es, lugares donde encontrar conocimientos o ideas profundas, y vamos olvidando que, cuando éramos más jóvenes, los libros eran, sobre todo, “máquinas de jugar”. He querido darle una forma tan “lúdica” a una novela para adultos intentando que, aunque sea por una sola vez, los lectores vuelvan a disfrutar, a reírse y a entretenerse leyendo. Aunque eso no quita que, debajo de toda la diversión yo haya escondido algunas buenas ideas que quien quiera sabrá encontrar…
EC: ¿Qué tipo de decisiones tiene que asumir el lector a lo largo de la historia?
RM: De todo tipo. Te pondré en situación, para que lo entiendas. El lector-protagonista es un hombre que va a salir de casa un sábado por la noche. A partir de ahí tiene que buscar alguien que lo acompañe de vuelta a casa, huyendo siempre de su ex novio, que aparecerá en diversos momentos de la noche. Así, las decisiones que debe tomar son todas muy sencillas, eligiendo entre quedar con alguien por internet o salir con sus amigos, ir a un lugar u otro, conocer a un chico u otro, etc. Son siempre decisiones sencillas pero que, como todas las decisiones, pueden acarrear grandes problemas o grandes alegrías.
EC: ¿Qué importancia tiene el sexo en este trabajo?
Pues la verdad es que tiene bastante importancia, pero no del modo en que suele suceder en literatura gay. En ‘Esta noche tú decides’ las escenas eróticas, que hay bastantes, no siempre son las opciones acertadas, es decir, que elegir “sexo sin complicaciones” antes de “quedar con tus amigos” quizá no sea el camino más indicado para llegar a buen puerto… o quizá sí. En contra de lo que suele suceder en los libros de temática, yo no he querido darle al sexo toda la importancia que se le da en este tipo de literatura. Le he dado la relevancia (y las consecuencias) que creo que tiene en nuestro día a día.
EC: ¿Qué supone para ti haber quedado finalista del IX Premio Odisea?
RM: Pues hombre, no es el Pulitzer ni el Cervantes, pero por lo menos es un reconocimiento a mi trabajo, sobre todo cuando me he quedado tan cerca del primer premio. Aunque, por otra parte, un premio de estas características quizá le encasille demasiado a uno y eso es justamente lo contrario de lo que pretendo porque a mí, aquí donde me ves, el género de la literatura gay es quizá el que menos me apasione de entre aquellos que suelo cultivar.
EC: ¿Consideras apropiado el término de ‘literatura gay’?
RM: Totalmente, y ahora te hablo no como escritor sino como especialista en homosexualidad en la literatura. De un modo puramente científico considero que la literatura gay viene a ser la “fosilización” del modo de manifestarse las relaciones entre personas del mismo sexo en la ficción. Y digo “fosilización” porque la literatura gay, como género, sigue siempre unos patrones rígidos como la piedra. No me negarás que hay apenas tres tipos de novela gay (de “penita”, de “sexo” y de “intriga”) y que, entre ellos, unas y otras historias se parecen siempre demasiado. Para ponerte un ejemplo, hay ya al menos cuatro novelas donde el celebérrimo ‘El viaje de Marcos’ se repite casi con exactitud. El gran problema de esta literatura fósil es que, como fósil que es, está completamente muerta y no admite innovaciones. Es un género que está ya condenado al olvido, porque no puede dar más de sí. Y, si te fijas bien, los autores, ahora, intentan siempre variar de algún modo el tópico. Así lo hace Miguel G. en ‘Una segunda oportunidad’ o yo mismo, que en ‘Esta noche tú decides’ dejo que el lector elija los tópicos que va a leer y los que no.
Vamos, que como crítico considero que la innovación es ya una exigencia, aunque como autor te soltaría el otro tópico de “yo no creo que la buena literatura deba diferenciarse por la orientación sexual de sus personajes”. Pero es que yo, además de autor (y perdóname la falta de modestia) soy un lector muy avispado y no puedo pensar realmente semejantes tonterías.
EC: ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
RM: Pues ahora tengo encerraditos en la cabeza los argumentos de varios libros infantiles (que los niños son siempre un público muy agradable), una novela y una cosa para el teatro. Pero como lo que más me urge es mi tesis doctoral, creo que habrá que darle prioridad absoluta, aunque me reviente, porque llevar varios personajes dentro de la cabeza es siempre una cosa incomodísima que te hace compadecer muchísimo a la gente esquizofrénica.
EC: Dame tres razones por las que los lectores de AmbienteG debería leer ‘Esta noche tú decides’.
RM: Eso ya es un poco más complicado, que yo de marketing tengo muy poquita idea. Yo os diría, queridos lectores de AmbienteG, que esta novela la he escrito pensando, sobre todo, en que seáis en todo momento dueños y señores de lo que va sucediendo en el libro, no como otros muchos autores que os obligan a tragaros unos bodrios impresionantes (1), en hacer algo distinto de lo que se ha hecho siempre en este tipo de literatura, que ya empezaba a oler la pobrecita (2) y, sobre todo, en haceros pasar un buen rato, que es al fin y al cabo lo que uno espera de toda novela (3). Si con eso no os resulta suficiente imaginadme con una cara de lastimita muy grande, que así igual os pueda convencer porque penséis “pobrecito, es un autor de novelas, fíjate qué carita se le ha quedado al pobre”.
Muchas gracias por atendernos, Ramón, y mucha suerte.
Lo tengo en mi lista.