No hace mucho me releí ‘Sexing the Body’ un interesantísimo libro de Anne Fausto-Sterling que habla de personas intersexuales.
La sociedad está dividida en dos grupos: hombres y mujeres, y todo está organizado para que creamos que vivimos en esta dicotomía, pero la realidad es que existen muchos seres que por una razón u otra no encajan completamente en ninguno de los dos géneros.
Acostumbrados a vivir en un mundo en el que todos estamos obligados a pertenecer a un género o a otro, no nos damos cuenta de la gravedad del problema, ya que, según Fausto-Sterling, un 1,7% de los niños son intersexuales en mayor o menor medida.
Pero pese a lo que pueda pensar la gente, el problema no reside en la intersexualidad de los niños, sino en el tratamiento que la medicina hace de estos casos.
En occidente –por lo que sé, diría que en España también es así, pero no puedo asegurarlo- cuando un niño nace con un sexo ‘confuso’ los padres no son informados de que tienen un niño intersexual, sino de que hay una pequeña confusión y que el médico debe descubrir cual es el ‘verdadero’ sexo del niño para poder actuar con celeridad. Se trata de una emergencia médica.
Ante estos casos ‘ambiguos’ los médicos se basan en los cromosomas, las gónadas, o en el tamaño del pene/clítoris para decidir el sexo con el que será criado el niño. Entonces empieza una vorágine de cirugías para intentar que la apariencia externa del niño concuerde con su ‘verdadero sexo’.
¿Qué hacen? Cortan los pedazos de genitales que sobran, como un clítoris largo o unos testículos en un recién nacido con cromosomas XX; y reposicionan la uretra en un niño XY para evitarle la humillación de no poder orinar de pie… Todo esto se hace para evitar problemas sociales, pero no deja de ser un tema estético tratado como un problema médico.
Es más, en muchos casos a los niños se les reasigna un sexo que no concuerda con sus cromosomas. Mayoritariamente esto se decide por el tamaño del pene/clítoris. Si es demasiado pequeño se quita lo que sobra y se convierte en clítoris.
Estas prácticas se realizan para evitar el sufrimiento del niño, pero el proceso también tiene sus consecuencias. Cuando es necesario crear quirúrgicamente una vagina, los padres deberán introducirle un dildo en el orificio para que no se cierre la herida, además la niña deberá pasar por este doloroso proceso varias veces en su vida. Si el problema es la longitud del pene, el médico debe medirlo erecto en las sucesivas revisiones, así que este lo masturbará y lo medirá. De una forma u otra el niño siempre acaba sufriendo.
Otro tema alucinante es como deciden si han tenido éxito en la elección del sexo en el niño. Si el adulto originalmente intersexual acaba siendo heterosexual, la reasignación se califica como un éxito, si es homosexual o bisexual, se considera un fracaso – de lo que se podría concluir que sólo la heterosexualidad es aceptable y normal ¿? -.
Fausto-Sterling argumenta que con todas estas prácticas lo que se está haciendo es eliminar la intersexualidad para que todos los humanos entremos en una de las dos categorías preestablecidas socialmente: hombres y mujeres, de forma que los niños intersexuales tienen todas las de perder. Dejando fluir la intersexualidad no empujaríamos a estos niños al quirófano.
Fausto-Sterling propone que se evite la cirugía de reasignación de sexo en recién nacidos, dejando así que sea el crío el que decida con que sexo se siente más cómodo y si quiere, o no, pasar por el quirófano para arreglar sus ‘problemas’ estéticos.
Evidentemente este acto de rebeldía también tiene sus consecuencias, sobretodo para la realización social del niño, pero como mínimo no se le somete a cirugías y amputaciones irreversibles sin su consentimiento.
La lectura del libro de Anne Fausto-Sterling es muy reveladora sobre un tema que la sociedad obvia porque no encaja en la imagen de uniformidad que queremos dar.
Más información sobre intersexualidad | ISNA
Un interesante corto documental online | XXXY
Interesante artículo, Susana. La verdad es que pienso que todo esto ocurre por la manía que tienen los seres humanos de clasificar las cosas en blanco o negro. Es cierto que estas clasificaciones son muy útiles para ayudarnos a comprender las cosas, pero en la naturaleza nada es «o esto o lo otro», y sólo nos lleva a más confusión (un ejemplo es la clasificación de los seres vivos en reinos, que fueron surgiendo nuevos porque había algunos seres que no encajaban en los estándares).
Si no existieran la clasificación de «o eres hombre o eres mujes» seguramente no habría este problema, y las pobres criaturas no lo pasarían tan mal.
Por cierto, si tras una reasignación de este tipo el resultado es un genotipo XX para alguien que tiene fenotipo de mujer y de hecho se siente mujer, pero es lesbiana ¿habrá sido un fracaso?
bueno, la cuestion seria que si es hombre o mujer, dependiendo de si es gay o lesbiana. ES decir que si es chica pero con pene, pues se le ahorra el mal trago que pasan los homosexuales y ademas una operacion que de pequeño no recordaras pero que de mayor no debe ser muy agradable.
Sea como sea, es una faena.
Sonia, el problema es que los médicos no siempre aciertan con el sexo del niño -en realidad no saben en que fijarse, si en los cromosomas, las hormonas, el tamaño del pene/clítoris…- y cuando cortan, ya no hay vuelta atrás. Por eso es mejor que escoja en crío.
Con homosexuales queria decir transexuales.
Tienes razon pero luego entraria el tema de que edad es buena para que el niño decida o se vea si se siente mujer u hombre muyyy claramente.
Buenas! Yo vi hace unos dia una peli llamada XXY sobre una niña (almenos lo aparenta) que es intersexual y tiene que decidir que quiere ser. No es una gran peli pero es interesante, algo distinto.
Buena aclaración rekete (suponiendo que tengas razón claro)
Siento discrepar con tus apreciaciones y con algunos de los comentarios de los foreros.
El estado intersexual es inherente al desarrollo del feto y constituye una de sus fases, que termina en la diferenciacion sexual.
Si el feto se detiene en esta fase se considera patológico, ya que normalmente se debe a defectos del desarrollo de origen cromosómico que determinan la ausencia de determinadas enzimas necesarias para un completo desarrollo femenino o masculino.
Por otro lado, la intervención quirúrgica es esencial para evitar alteraciones endocrinas, metabólicas y oncológicas a lo largo de la vida del niño y durante su crecimiento hasta la edad adulta.
Para que lo entendais mejor: un recién nacido con un estado intersexual llamado Síndrome de Morris tendrá genotipo masculino y desarrollo femenino por el déficit de una determinada enzima llamada 5-alfa-deshidroxilasa. El recién nacido desarrolla genitales externos femeninos pero en el interior de su abdomen contiene los testículos no descendidos a las bolsas escrotales que constituirán en este síndrome los labios mayores de una vagina. De no ser extirpados estos testículos, existe un alto riesgo de desarrollar un tumor maligno.
Además, sería un incurrir en un error tener en cuenta la decisión del niño para definir su sexo, ya que al no tener asignación determinada corre el riesgo de sufrir trastornos de identidad sexual, ansiedad, depresión y dificultades para adquirir habilidades sociales. Por otro lado, el niño es un ser asexual, esto es, no define su sexualidad hasta la pubertad, que comienza entre los 10 y los 12 años en la niña, y los 12 y los 14 en el niño; considerando estas edades tardías para evitar las consecuencias citadas.
Para terminar, me gustaría señalar, que el médico no provoca la erección del pene en el niño así como en cualquier otro paciente masturbándolo, si no inyectando por vía intravenosa un vasodilatador. Y no se realiza dicha actividad para medir el tamaño del miembro, ya que el pene no se desarrolla en condiciones normales hasta la pubertad, si no para comprobar desviaciones y deformidades susceptibles de corrección quirúrgica para el correcto funcionamiento del mismo en la etapa adulta.
Antes de difundir disparates, informense.
Les habló un estudiante de Medicina de 6º curso.
Aclaración: para la erección diagnóstica del pene, el vasodilatador se inyecta directamente en los cuerpos cavernosos del mismo, que son unas estructuras vasculares habitualmente deplecionadas, que se llenan por estimulación neurohormonal produciendo la erección.
Rekete gracias por tus aclaraciones.
Lo que explico en el artículo está todo basado en el libro ‘Sexing The Body’ de Ane Fausto-Sterling –profesora de biología y estudios de género de la Universidad Brown, en Providence RI-.
Este libro, publicado originalmente en el año 2000, es un referente de las teorías queer y está ampliamente aceptado. Sus reivindicaciones las comparte la ISNA –la asociación de intersexuales más importante a nivel mundial que existe en este momento-. Son los intersexuales los que piden su derecho a decidir, siendo plenamente conscientes de los problemas de salud que esto conlleva.
En el libro se definen todos los tipos de intersexuales que existen y los problemas de salud que acarrea cada uno de ellos, no es algo que se obvie, pero yo pensé que esto no era una clase de medicina, así que los traté como grupo.
Sobre lo de la masturbación, seguro que tienes razón, en un punto del artículo aviso que estoy hablando de occidente –al igual que Fausto-Sterling-, pero que no puedo asegurar que en España la situación sea la misma.
Es posible que como médico te interese leerte el libro para acercarte al punto de vista que defiende este grupo de intersexuales adultos.
El libro en castellano se puede encontrar aquí.
Gracias a ti rekete por ampliar el artículo con el punto de vista de un médico.
No pretendía dar una clase de medicina, puesto que no soy profesor, ni mucho menos; pero desde mi humilde condición de estudiante y futuro profesional me siento en el compromiso de aclarar ciertos aspectos en relación con la Medicina recogidos en tu exposición, con el fin de proporcionar una información fidedigna.
Es por esta razón y por lo expuesto anteriormente que a pesar de tu tratamiento sobre los intersexuales como grupo social y no como grupo de pacientes; no es menos cierto que bajo el abordaje quirúrgico de un tema estético, como tu lo denominas, verdaderamente subyace un problema médico.
Por otro lado, me gustaría subrayar que, atendiendo a las necesidades de este colectivo y dejando patente a los lectores de este blog, que los mismos interesados se consideran plenamente conscientes de los problemas de salud que su tratamiento conlleva; comprendo su punto de vista y no subestimo en absoluto sus reivindiciaciones.
No obstante, teniendo en cuenta la implicación médica de esta situación y sus posibles consecuencias a la largo plazo, puede resultar difícil en términos legales configurar un protocolo de actuación adecuado a las necesidades de los susodichos y al consentimiento de los padres, puesto que dentro del marco jurídico el menor no tiene potestad para tomar decisiones en el ámbito médico.
Gracias por tu atención, Susana y por tu recomendación acerca del libro.