Invariablemente, cada verano, año tras año, los lectores estadounidenses saben que se encontrarán con más de un libro nuevo, ya sea biografía, o ensayo o libro de fotografías o cualquier otra cosa, acerca de la familia política más famosa de la historia de este país, por mucho que les pese a los Bush: los Kennedy.
Y es que no es sólo la añoranza de aquel Camelot lo que atrae a los norteamericanos a devorar cualquier cosa que huela a Kennedy, sino la sed por saber algo que aún no se sepa de una familia que se ha movido entre el éxito a todos los niveles y una aparente «maldición» que la ha zarandeado desde todos los frentes: accidentes fatales, asesinatos, crímenes involuntarios, escándalos sexuales, drogadicción, alcoholismo, infidelidades…
Este año, con seguridad, se llevará la palma «American Legacy: The Life of John and Caroline Kennedy«, de C. David Heymann, donde el autor confirma lo que durante años fue un constante rumor: Que John Kennedy Jr, más popularmente conocido como John John, el único hijo varón de John y Jackie Kennedy, fue bisexual.
Desde antes de que su padre fuera asesinado, tres días antes de cumplir tres años, John ya fue popular. Desde el mismo momento de su nacimiento de hecho, cuando su padre ya presidía la Casa Blanca. Tras su muerte y ya para siempre, le acompañó el oficioso título de Príncipe de América o Príncipe de Camelot hasta el momento de su fallecimiento, en accidente de avioneta, el 16 de Julio de 1999, cuando se dirigía con su esposa, Carolyn Bessette, y su cuñada, a la boda de uno de sus primos.
Oficialmente, el guapo heredero natural del Trono de América (pese a que su interés por la política fue prácticamente nulo), era un mujeriego empedernido, un playboy sin remedio, un abogado dinámico y cordial de exquisita educación y maneras (herencia materna), el hijo mimado de Jackie, Manhattan y todos y cada uno de los norteamericanos que amaron a su padre, un joven de extraordinaria presencia física, mezcla de Dios griego, all american boy y «actitud» francesa (herencia de mamá otra vez). Con semejante carta de presentación, la lista de féminas que cayeron en sus brazos fue interminable y de categoría. Madonna, Sarah Jessica Parker, Daryl Hannah o Cindy Crawford, por citar sólo a algunas de las oficialmente conocidas, contribuyeron a humedecer sus sábanas de raso.
Pero junto a esta fama de perfecto Don Juan, hubo otra que siempre corrió paralela. A Kennedy Jr también le iban los hombres.
Al parecer, su bisexualidad fue legendaria en los círculos de la vida nocturna de Manhattan, Hampton y Cape Cod. La única razon por la que esta aparente realidad nunca salió a la luz, es porque John no era de chaperos y lugares de ambiente, sino que los lugares y personas cuya compañía frecuentaba, eran de la misma élite social que él, con lo cual, jamás estos asuntos fueron vox populi, porque no había nadie que no tuviera mucho o todo que perder, si hacemos caso a George Wayne, columnista y fotógrafo de Vanity Fair, entre otras publicaciones.
El Dr James Serafini, un psiquiatra abiertamente gay, aseguró que la bisexualidad de John Kennedy Jr, era uno de los secretos mejor guardados de Nueva York, que conocía así mismo la homosexualidad o como mínimo bisexualidad de personajes como John Travolta, Jodie Foster o Tom Selleck, entre otros.
Al parecer, otros rumores aseguran que su matrimonio, si no era una farsa, sí que era, desde luego, motivo de descontento para su esposa, de quien aseguran, estaba a un paso de la separación antes del trágico accidente que acabó con la vida de ambos.
Ciertos o no esos rumores, ahí queda un capítulo más de la eterna historia. Una vez muerto el pescado, especulemos, que sale gratis y los muertos no demandan. De todos modos, si realmente a John le gustaron los hombres, qué hermoso resulta soñar con que uno pudo haber compartido también trono con el Príncipe Heredero.
Es raro que no se supiera nada, siendo quien era desde su nacimiento. Aunque murió joven parece que disfrutó de la vida, espero que fuera asi.
Bueno, si realmente formaba parte de lo mas cercano a una «familia real» en Estados Unidos, no es tanto de extranar que no se supiera nada.
Yo recuerdo escuchar algunos rumores en su momento, pero como digo, una vez muerto el personaje, si hubo o dejo de haber, es algo que ya nunca sabremos, al menos oficialmente.
Siempre hay rumores de todo y para todos los gustos, pero a los muertos que no se pueden defender mejor dejarlos en paz, porque tienen familia que no creo que les haga gracia. Un poco de delicadeza no viene mal.