Cierro el libro y no puedo sentir que en, algún momento de mi vida, he sido Eddy Bellegueule. En realidad, todos hemos sido alguna vez como Eddy, con nuestra encarnizada lucha interior y un entorno que, en mayor o menor grado, no nos lo ha puesto fácil para ser nosotros mismos.
‘Para acabar con Eddy Bellegueule‘ (Salamandra) debería ser una novela de obligada lectura en colegios e institutos. Por la sencillez de su prosa. Por su lenguaje directo (aunque para referirse al pene se hable de «sexo» en lugar de «polla», cosa que odio). Pero sobre todo, por permitir sentir en propia piel lo que es ser objeto de bullying.
En esta primera novela, Édouard Louis (1992, Hallencourt – Somme), nos narra de forma autobiográfica, y después de haberse cambiado el nombre, una infancia y adolescencia marcada por su homosexualidad y las reacciones que ésta provocaba tanto en su entorno como en él mismo. Todo ello agravado sobremanera por haber nacido en un pueblo del norte de Francia en el que la aceptación del que es diferente no es su especialidad.
«El crimen no es hacerlo, sino serlo. Y sobre todo que se note«.
De hecho, en ocasiones pareciera que Eddy vive en la mismísima boca del infierno, rodeado de los seres más perversos que podamos imaginar. Un calificativo del que, ni siquiera, sus padres podrían escaparse. Tanto es así que llega a rozar la incredulidad.
¿Es posible que a una misma persona sea tan desgraciada? En la vida real sí, pero para una novela puede resultar excesivo. Aun así, prefiero que ese reflejo de lo que es sufrir siendo un niño gay en un entorno hostil sea al por mayor.
Por un momento, Eddy nos permite volver a los pasillos del colegio donde nos gritaban «maricón» y a esas ganas de escapar de una realidad que nos pega rodillazos en la pluma.
Aunque sobre todo, me quedo con esa lucha interior por querer cambiar, por querer curarse, por querer buscar una solución a ese problema llamado homosexualidad. Una lucha inútil en la que vale todo, desde convertirse en un intento más de homófobo, hasta tener relaciones con chicas que justifiquen a ojos propios y de los demás que uno es igual que el resto.
Pero no es posible escapar de la homosexualidad. O, mejor dicho, no es posible escapar de lo que uno mismo es y la única vía hacia la felicidad es aceptarse como nunca nadie jamás va a ser capaz de aceptarnos.
Es imposible no cogerle cariño a Eddy, como también lo es no sentir una enorme compasión hacia él. Estaremos esperando su segunda novela.
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Sitio oficial | ‘Para acabar con Eddy Bellegueule’ Editorial Salamandra
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Me impacto y mucho esas Frases No es un Crimen Hacerlo sino Serlo y sobre todo que se Note. este fue mi caso Personal tambien por que Yo nunca pude ni siquiera Tratar de Ocultarlo a mi se me Noto y Siempre no solo por mi Voz, la que fue Motivo de Muchas Burlas,entre mis Compañeros/as de Trabajo e Insultos.lo que yo nunca Hice fue tratar ni Siquiera de Entablar o tener una Relacion con ni una Sola Mujer para Demostrar que yo era y ser igual, en ese campo.y observando la Imagen de Eddy le veo una Profunda Tristeza, Esquivando su Mirada su Dolor.pero lo mas Impactante es que Siendo tan Joven es ese valor y Sobre Todo ese Coraje de a sus muy Cortos Años dar a Conocer su propio Infierno.
Espero que sirva de ejemplo y lo lea quien deba y se acabe ya tanta homofobia y acoso, sobre todo en los colegios
Bueno… la novela está bien pero no creo que la experiencia de Eddy refleje la dimensión real,la crudeza del acoso extremo,tan tristemente común.