Al parecer en un colegio público de Lexington –Estados Unidos- un profesor leyó un cuento sobre dos princesas que se enamoraban.
A consecuencia de ello algunos padres se quejaron, e incluso dos de ellos llevaron a la escuela a los juzgados para que esto no volviera a pasar.
Pero el juez Mark L. Wolf les ha dado una buena lección y ha dicho: “En Massachusetts la ley prohíbe discriminar en las escuelas públicas a causa de la orientación sexual.”
Además, Wolf ha argumentado que si a los padres no les gusta, siempre pueden llevar a sus hijos a un colegio privado.
Wolf también ha escrito en su sentencia: “es razonable que en la escuela elemental pública se enseñe a los alumnos sobre la existencia de individuos con orientaciones sexuales diferentes y sobre varias formas de familia, incluyendo aquellas con padres del mismo sexo, en un esfuerzo para erradicar los efectos de la discriminación del pasado y para reducir la discriminación en el futuro”.
¡Le daría un beso a este señor!
Vía | Bostonist
Más información | Ambienteg
A ver si lo he entendido. El lobo de la portada devora finalmente al niño, ¿es correcto? Porque si es así estoy dispuesto a comprar un ejemplar del cuento…
Es bueno saber que sí hay gente que quiere entender 😀
Enhorabuena por el juicio. Me ha encantado la explicación. Me alegro por Massachusetts.
Vaya después de leer la noticia pasada (lamentable sigo diciendo) me da un gustazo encontrar gente coherente con el sentido de IGUALDAD que debería imperar en este mundo tan desigual.
Bien por «Don Mark»!!! Muchos aplausos y felicitaciones por ejercer su poder de juicio de una manera imparcial.
Hago eco a la voz de Susana, («(Yo también) le daría un beso a esta señor»!!!
Un aplauso para el juez. Me parece excesiva la denuncia de los padres.
(Lo del lobo me ha matado jajajaja)
Tampoco tiene que sorprendernos tanto(lo del juez, no lo del lobo 😉 ). Simplemente es justicia, que es lo que tiene que haber. Supongo que después de tantas noticias en contra de los gays, una a favor es bien recibida 😀
Eso es lo triste REM, que nos sorprende.