Dios los cría y ellas, muy arrechas, se juntan en la primera fiesta que se les ocurre celebrar. Ellas son la ínclita y muy cotilla Perez Hilton y la mariliendre y metabollera Katy Perry.
Esta última decidió celebrar una fiesta de Halloween y como es poco marica, decidió hacer honor a su condición y disfrazarse de Freddie Mercury; aunque parece más un mariachi anoréxico.
La Hilton, por su parte, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que la Perry es una «ex-cristiana» de padre ministro episcopaliano, decidió vestirse de Jesucristo, con sagrado corazón incluido.
En el caso de Perez Hilton yo creo que su disfraz puede considerarse un lapsus freudiano, vamos que el chaval se cree omnipotente y todopoderoso y lo mismo que aquel convirtió el agua en vino, él hace de los cotilleos de tres lineas, millones.
Eso si, se lo pasaron como Dios.
Vía | Perez Hilton
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