Dentro del mundo del pop, hay una especie que siempre vuelve, y que asienta sus bases económicas en el mundo gay : las girl bands.
Grupos prefabricados de 3 o 5 chicas que lo que quieren es ser famosas, sin importarles el precio de la fama. Sacrificando tantas y tantas cosas, entre ellas, su vida sentimental a nivel público.
Estadísticamente, alguna de estas chicas ha de ser lesbiana. Claro que su relaciones públicas jamás les dejaría decirlo. Porque, no sé de quién es la idea, esto haría bajar las ventas de los discos. Que ya ves tú, Stephen Gately fue obligado a salir del armario y los Boyzone siguieron teniendo las mismas ventas bajas que tenían cuando eran heteros los cinco.
Todas ellas, desde las Bananarama, las Bangles, las Destiny’s Child, las All Saints, las Atomic Kitten y hasta las Bellepop, eran perfectas chicas 100% heteras de cara al público. Producto de marketing enfocado únicamente a un público hetero (ellos las quieren de novias, ellas las tienen de modelo a seguir). Lo que viene a decir que un grupo de chicas en tacones no pueden ser lesbianas, porque eso es negativo para la imagen del grupo.
Tuvimos que esperar hasta las Spice Girls para leer algún titular (casi siempre de la mano de la medio-oscense Geri Halliwell) con cierto tinte lésbico. Pero todo se quedaba en eso, en un titular polémico buscando más publicidad para el grupo.
También hemos vivido escenas lésbicas de la mano de Dannii Minogue, la hermana pequeña y descarriada de Kylie, con una bailarina de barra americana, pero nada serio.
A día de hoy, seguimos más o menos en las mismas o incluso peor, llegando a leer en foros, como el de la mítica página Pop!Justice, que cuando se hable de la girlband Girls Aloud hay normas como Do not speculate on Nadine or any of the other girls’ sexuality, osea que no se puede hablar de la sexualidad de ninguna de las chicas y menos aún de la de Nadine Coyle (que es como la líder del grupo).
A buena entendedora, pocas palabras.
Una vez más entramos en esa bonita paradoja de explotar el filón gay de la mitomanía, para que tantos y tantos gays se dejen sus dineros en productos de estos grupos, que sí sí, son muy gayfriendly pero que pocas veces abanderan la lucha fuera del armario lésbico.
Yo creo que por muy gay o lesbiana que sea un artista, seguira teniendo admiradores. Pero es una lástima que siempre haya algunos que piensen por los demás.
– Sonia, podriamos decir que el mundo del pop es duro. Que la fama cuesta y aquí es donde vais a empezar a pagar. Con sudor.
Pues mira por ejemplo KT Tunstall, anda que no se dijo que era bollera veces y al final resulta que la pobre decía la verdad (digo la pobre porque debe ser frustrante que digas que no te gusta una cosa y todo el mundo se empeñe en que sí, como cuando dices que no te gustan las espinacas) y se nos casa con un chico. Y no bajó ventas, al contrario. O Sharleen Spiteri. Son la otra cara de la moneda de este post.
– Francine, no sabía que a Tunstall la hubieran tachado de lesbianita. Pero bueno, ella seguía allí vendiendo lo suyo.