El actor Rupert Everett estaba en una librería de West Hollywood, en un acto de presentación de su autobiografía “Red Carpets and Other Banana Skins”, cuando al responderle a un periodista sobre todo lo que ha pasado con Isaiah Washington dijo: “Me gusta que me llamen maricón y rarito. Todo el mundo tiene fobias, incluso algunos gays sobre los heteros. Prefiero que alguien que lo siente me llame maricón, así sé a que atenerme”.
El presidente de GLAAD, Neil Giuliano lo ve de otra manera: “la mayor parte de las veces se utiliza para degradar, hacer daño y humillar a la gente”.
La verdad es que ambos tienen razón, nadie debería intentar hacerte daño por lo que eres, pero si piensan así, yo también prefiero saberlo para poder adoptar una actitud consecuente.
Vía | E! online
Maricón!!
Yo tambien prefiero que me lo digan para saber a quien apartar de mi lado.
No soy gay a los ojos del mundo pero a la que oigo comentarios homofobos ya se que me conviene y que no. Aunque mucha gente es homofoba para poder adaptarse a la sociedad.
Las cosas claras y a la cara.
Grrr… contente, muchacho, contente, conten-maari… contente, Seth, vamos, olvídalo, sólo quiere hacerte picar…
A mí, quien único me llamó maricón fue un turista que me vió de mano con mi anterior pareja. Le repliqué que me cagaba en su madre (todo esto en inglés con acentazo). No le dí dos ostias, porque el chaval debía estar en sus setenta y si le llego a tocar un pelo como mínimo me deportan, pero eso es lo que le espera como mínimo a todo aquel que le moleste que yo «sea», que «exista» simplemente y me lo haga saber llamándome así. A mí sí me importa que me llamen maricón porque me parece una aberración propia de un sargento macarra y si no hice la mili (a mí me tocó cuando era obligado o eso o hacerte objetor), fue por no tener que soportar que un tipo con el cerebro del tamaño de un higo me soltase lo que le saliese de los bajos.
Durante años me ha costado hacerme fuerte y reconocer lo que soy, como soy y vivirlo con plenitud. Hoy tengo una confianza en mí mismo que resiste lo que sea, pero por pura chulería, si lo preferís, no trago que un/a imbécil se descargue insultándome (maricón es insulto, qué cojones), porque sea quien sea y casi tenga la edad que tenga, sea tipa o tipo, se va a acordar del «Dan» más de lo que pudo haber sospechado.
Jo, a mi la única persona que me gusta que me diga maricón es la que llega a compartir mi cama.
Y el buen Rupert tiene razón: más vale una señal clara que una posible paliza.
Respira Dan respira 😉