Cuando se acerca una campaña electoral, la basura sale a flote cuando hay necesidad de ganar distancia al contrincante a la desesperada. Y la peor basura que puede haber es rastrear en lo más «vergonzante» de la privacidad del otro y hacerlo público, o inventarse algo a partir de un rumor y darle calidad de noticia.
Gavin Newsom, el actual alcalde de San Francisco, uno de los mayores defensores de las uniones civiles entre gays, lesbianas y transexuales y promotor de los matrimonios entre parejas del mismo sexo que se produjeron en el Ayuntamiento de San Francisco en el 2004 con enorme eco a escala internacional, acaba de enfrentarse a una seria acusación por parte de uno de los Supervisores de la Ciudad, Chris Daly, quien al parecer pretende ganarle el cetro a Newsom en las próximas elecciones a la Alcaldía y que ha acusado públicamente al Alcalde, de ser consumidor habitual de cocaína.
El principal motivo del ataque frontal de Daly, puede ser tan simple como que la popularidad de Gavin Newsom supera el 70% entre los votantes de la Ciudad… Ahora es cuando ciertas cosas empiezan a cobrar sentido.
Newsom puede ser un alcalde que hace felices a sus votantes, pero no es ningún angelito, como a estas alturas sabe toda la ciudad, de boca de él mismo. En el ultimo año, ha confesado que en efecto, traicionó a uno de sus más cercanos ayudantes y amigos, nada menos que teniendo un affaire con su mujer. Poco tiempo después de saltar este escándalo, apenas dos días más tarde en realidad, declaró que sufría cierta adicción al alcohol con lo que se sometió a una cura de rehabilitación.
Conociendo este par de puntos flacos del bueno (¡y guapo!) de Newsom, no deberíamos llevarnos las manos a la cabeza con lo que cuenta Chris Daly, pero esa no es la historia.
La «historia» es que una cosa es cómo desempeñe Newsom o cualquier otro su gestión pública y otra bien distinta, el cómo afecte o no la afición por las faldas o las copitas de más en cenas o galas, a dicha gestión. Y que se sepa, en este caso al menos, no afecta en absoluto. Gavin Newsom no es el mejor Alcalde que ha tenido esta ciudad, pero básicamente los sanfranciscanos lo adoran.
También hubo un ejemplo reciente en las elecciones españolas, ¿no? Al menos me lo pareció a mí cuando a Gallardón le subieron los colores preguntándole por su «relación» con una «mala chica.» La gente en el fondo acaba perdonando ese tipo de travesuras. Gallardón acabó arrasando. Y os apuesto lo que sea a que pese al Lewinskygate, los gringos aman con locura a Bill Clinton, razón primera por la cual Hillary será presidenta el año que viene.
Al DonJuan Newsom, en cualquier caso, no habrá quien lo saque del trono.
Y será tal y como dices.
Aqui, en València, Rita Barbera será la alcaldesa por muchos años. Da igual que sea la lesbiana más famosa del reino o que trabaje menos que el sastre de Tarzán. La gente la adora y eso es un filón.
Estoy de acuerdo contigo. Si su trabajo lo realiza bien, lo que haga en su vida privada es cosas suya, siempre que no cometa delito. Con el tema de la coca, me da que son muchos los que la consumen, asi que como se suele decir, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.
Que puedo decir… que estoy de acuerdo, jeje. La politica es la mayor factoria de basura que existe. Viva Gavin!