Todos conocemos la historia de Alfred Dreyfus, el capitán y judío francés que fue juzgado en 1894 por una supuesta entrega de documentación secreta a los alemanes.
El juicio de Dreyfus conmocionó a la sociedad francesa de la época, al revelarse su inocencia gracias a un artículo de Emilio Zola en 1898 titulado «Yo acuso», lo que provocó una importante crisis política y social en la Francia de finales del siglo XIX, partiendo a la sociedad francesa en dos, entre los que apoyaban a Dreyfus y los nacionalistas antisemitas.
Dreyfus fue condenado por alta traición durante un juicio sin pruebas que justificaran su supuesto delito, aunque posteriormente fue absuelto en 1899.
Ahora, más de un siglo más tarde, la Revue d’Histoire Moderne et Contemporaine ha descubierto que los que acusaron a Dreyfus utilizaron cartas de contenido amoroso entre el capitán francés y varios compañeros suyos con los que mantuvo relaciones.
Un detalle más en esta injusticia, que finalmente fue reconducida, aunque fuera después de que Alfred Dreyfus pasara numerosas penurias, además de la humillación pública por un delito que jamás cometió.
Vía l Público