El príncipe Harry de Inglaterra es famoso por acaparar portadas de los medios. Y últimamente, no para de dar noticias relacionadas con los gays. Si hace poco salía a la palestra por decir de forma simpática que no se cierra a cambiar de bando, ahora es noticia de nuevo porque mientras estaba en el ejército defendió a un soldado gay que sufría acoso homófobo.
Los hechos sucedieron en el 2008, cuando el príncipe rebelde de la monarquía inglesa estaba en Canadá de entrenamiento militar, y el asunto ha saltado ahora a los medios porque lo ha contado el soldado al que defendió Harry, James Wharton, en un libro en el que narra sus experiencias como soldado homosexual dentro del ejército de su graciosa Majestad.
El libro, que lleva el nombre de ‘Out in the Army‘, cuenta que en el momento de los hechos el príncipe Harry tenía 24 años, y que no dudó un momento en defenderle. Parece ser que el soldado gay sufrió amenazas por parte de un grupo de seis soldaditos la mar de machos que se dedicaron a extender rumores sobre él.
Cuando el joven soldado comenzó a temer por su vida, según explica en el libro, se dirigió a su comandante para explicarle el calvario por el que estaba pasando. Su comandante era precisamente el príncipe Harry, quien se dirigió a los militares que acosaban a James Wharton para cortar de raíz el problema. Y efectivamente, desde que el príncipe habló con ellos, las amenazas desaparecieron.
Vía I Antena3 TV
En Ambiente G I El Príncipe Harry acepta teléfonos de otros hombres y no se cierra a cambiar de bando
¡Que alegría! Las nuevas generaciones, de la realeza o no, son integradoras de las personas LGBT. La diversidad sexual es defendida y aunque estemos en crisis, aunque parezca resurgir el fascismo ¡NO! Nosotros estamos aquí para reclamar nuestros derechos y para impedir que nos vuelvan a pisotear. Acciones como ésta, muestran que el mundo cambia para mejor, y nosotros lo estamos viviendo. No puedo sentirme más orgulloso
Si es que este chico es hijo de Lady Di, una gran mujer en la historia de la realeza británica, que se atrevió a romper los viejos moldes de la moral victoriana en la que estaba arropada la arcaica institución. Creo que de algo sirve tener el mismo código genético 🙂