Según los medios de comunicación, hace un par días que las cenizas de Yves Saint Laurent fueron depositadas en el magnífico jardín que poseía en la localidad marroquí de Marrakech.
La propiedad de este terreno en el que ya descansa el diseñador francés, fue comprada en 1980 por el propio diseñador, y por su socio y compañero Pierre Bergé.
Y como reflexión, y tras leer un post de Mariola Cubells, es cierto que es cuando menos extraño la forma en que parte de la prensa ha tratado la figura del que fuera pareja del diseñador durante muchos años.
Como bien decía Mariola, a Pierre Bergé se le ha calificado en determinados medios como de «ex-amante». Una palabra, que cuando menos, y aplicado en ciertos casos puede sonar mal. Y más teniendo en cuenta la estabilidad en el tiempo de esta pareja. Ex-amante suena a algo furtivo, temporal, tiene incluso connotaciones negativas en muchos casos.
¿Alguien se imagina si a la pareja femenina de algún personaje masculino reciéntemente fallecido se le denominara ex-amante en lugar de ex-pareja? Suena fatal. De hecho, a ningún periodista mínimamente profesional se le ocurriría denominar así a la viuda de un importante hetero.
Entonces, y sinceramente, no entiendo la posible motivación para llamar ex-amante a Pierre Bergé, si no es por el mero morbo o por la falta de normalidad que todavía existe en este asunto. Con llamarle socio, amigo, compañero, o ex-pareja, creo que sobraba. No hacía falta darle ese calificativo.
Para mí, y esa es una opinión particular, es una falta de respeto, y una demostración de que la tan cacareada normalización aún está muy lejos de llegar.
Vía l ADN
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