Yo creía que el KGB, por lo menos sus siglas, que no sus maneras, había pasado a la historia; pero esta noticia me ha devuelto a la realidad más terriblemente absurda. En Bielorrusia o República Belarus el KGB persiste.
El periodista Bielorruso abiertamente gay Siarhei Padsasonny estaba sólo en casa la tarde del Sabado, cuando llamaron a su puerta. Era la policia.
El oficial al mando, un tal Prapenka, le exigió poder acceder a la vivienda. Había recibido varias denuncias por el ruido que salía de su apartamento.
Padsasonny, miembro de la asociación de periodistas de Bielorrusia, se quedó perplejo. No estaba solo únicamente, sino que sus vecinos eran en realidad, un comercio cerrado ya a esas horas.
Entonces llego un teniente del KGB, de nombre Bojak, que dijo tener una orden de registro y exigió que le dejara pasar.
Se nego, a pesar de que le amenazaron con echar la puerta abajo. En la orden le acusaban de ser sospechoso de reclutar alumnos para un grupo opositor prohibido en Belarrusia, con el propósito de hacer daño al estado.
Pronto llego un grupo de sus amigos gays para apoyarle y se ofrecieron a ser testigos del registro; pero la policía y el agente del KGB les obligaron a dejar el lugar.
Le confiscaron los discos duros de su ordenador, además de una vídeo cámara y un memory stick. Después de aquello Padsasonny se ha visto obligado a dejar su ciudad y esconderse.
El año pasado fue detenido por el KGB en un par de ocasiones, y aunque Padsasonny es un miembro muy conocido del colectivo gay local, el acoso de las autoridades responde más a razones políticas que de orientación sexual. Padsasonny es un periodista muy crítico con el régimen político bielorruso.
Vía | UK Gay News
No se si seran muy peligrosas sus ideas, pero yo salgo zumbando del país.