Scott Jordan, nadador de la conservadora y religiosa universidad de St. Bonaventure relata en primera persona como fue su reciente salida del armario en la revista OutSports.
«Scott, vas a tener muchos culitos a tu disposición este año, le dijo un compañero de equipo, las tías van a ir todas a por ti» y él ni corto ni perezoso le espetó «esos no son el tipo de culitos que ando buscando»
Nadie le creyó entonces y aun hoy muchos no pueden creer que sea gay; pero su homosexualidad es un realidad, así como su éxito como nadador, y todo el mundo parece aceptar su condición.
La universidad de St. Bonaventure no es el mejor lugar para un chico gay, comenta Scott, es un lugar conservador y muy religioso en medio de ninguna parte. Motivo por el cual al principio ocultó su homosexualidad en el campus.
Salio del armario para su familia y amigos con tan solo 18 años; pero permaneció en el armario para sus compañeros de equipo hasta el pasado agosto.
Scott confiesa que se gano el respeto de sus compañeros cuando tuvo el valor de salir del armario. Ahora es el capitán del equipo de natación y está muy cerca de conseguir la marca necesaria para ir a las olimpiadas.
La homosexualidad en el mundo del deporte siempre ha sido un tabú, pero las generaciones más jóvenes parecen encarar el tema de forma más abierta y tolerante.
El de Scott es solo un ejemplo entre mil, quizá la excepción que confirma la regla homófoba del deporte; pero es un halo de esperanza para los deportistas gays que se ven obligados a permanecer en el armario.
Vía | Towleroad
Me alegro por el.