Magdalena de Santo y Marisol Sensón son una pareja lesbiana que decidió celebrar su aniversario en una de las pizzerías que la cadena Kentucky tiene en su barrio Almagro, en Buenos Aires.
Pero lo que no imaginaban es que alguien les iba a amargar la celebración. Uno de los trabajadores del local se acercó a ellas y les invitó a abandonar el local porque «Se estaban besando y este es un lugar familiar».
Además de poner una queja en el libro de reclamaciones, ahora la pizzería ha visto como una multitudinaria besada colectiva de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales, les exigía parar la discriminación.
Y por si alguien de los pasaban por allí no entendían qué pasaba, se colgó un cartel explicando la situación:
El 1 de noviembre echaron del local a dos chicas porque se dieron un beso en la barra. Les dijeron que era un lugar ´familiar´, que se vayan, les dijeron que no correspondía lo que estaban haciendo. Hoy venimos a escracharlos y a besarnos libremente, a festejar la diversidad y a decirle basta a la violencia heteronormativa. No nos vamos a callar, basta de discriminación.
Vía | Info News