En estas semanas, por malditos tecnicismos, Gay Cinema está de vacaciones, lo que no quiere decir ni mucho menos que haya acabado, pero mientras volvemos a ello, si os parece, procuraré, también semanalmente, escribir algo con el cine de por medio. Y esta semana os propongo una reflexión sobre una pelicula que he visto hoy. No se trata de un título con trama gay vertebrando la historia, ni aparentemente de refilón, pero tirando del hilo, o de la cinta que da significativo título a la película, he visto que hay tantas cosas extrapolables a nosotros que podía, de un tiro matar dos pájaros. Uno de ellos, recomendárosla sinceramente.
Michael Haneke, su director, es a mi juicio, el mayor genio del actual cine europeo, incluyendo a cualquier representante patrio al que la sóla idea podría no hacerle demasiada gracia. Analista intenso de los motivos que parieron el fascismo, el pasado y el presente, el veterano cineasta austríaco/alemán, deja siempre al espectador perturbado con sus propuestas directas, golpeando a pelo, con sus planos sostenidos, que obligan al espectador a ver lo que quisiera evitar ver, cerrando las puertas a lugares comunes, preguntas respondidas y finales felices. Haneke es un genio imprescindible en un mundo que se niega a escarbar en profundidad en la búsqueda de los verdaderos motivos de la aberración extrema a la que a menudo es capaz de llegar el ser humano.
Tras verla, se me ocurrió que lo que sucede en ella explica porque se nos odia tanto, sin que los que odian, acaben de entender, pasado el tiempo, por qué lo hacen. [Leer más…] acerca deLa cinta blanca