Como ya comenté en algún post anterior, la sexualidad de Marlon Brando fue muy activa. Su indisciplinado estilo de vida, llevado muchas veces por puros impulsos, hicieron de él un hombre tremendamente fascinante y magnético, dulce y cercano, pero también inestable e imprevisible en sus acciones y actitudes.
El hecho es que sabiéndose deseado tanto por hombres como por mujeres, y habiendo vivido su bisexualidad plenamente y sin enmascaramientos cara a la galería, hablando mal y pronto, Brando folló con quien le dió la gana, y él mismo, u otros que fueron testigos de sus “aventuras” y comentarios aseguran que hasta sus últimos años su líbido se mantuvo lo suficientemente activo, no sólo como para tener tres nuevos hijos (de sus once reconocidos) con su última compañera sentimental, María Cristina Ruiz, sino como para beber los vientos por Leonardo DiCaprio y Johnny Depp (este último además gran amigo suyo), de los que dijo que eran los mejores actores de su generación, o por Matthew Broderick, junto al que interpretó una de sus últimas películas, The Freshman, y del que dijo que tenía “el culo más follable que había visto jamás,” sin embargo, muy razonablemente, aseguró que no tenía nada que hacer: “Tal vez si él no fuese hetero y si yo tuviese 100 años menos… ”
Pero volviendo a sus amores y amantes de leyenda, uno de los más destacados y con quien mantuvo una historia de pasión más intensa fue James Dean.