Hacía mucho que no ojeaba Castro. Vivir algo distante de la ciudad durante un tiempo es lo que tiene, que las zonas comunes se hacen un poco extrañas. Ayer lo hice en coche de noche cerrada, mientras iba hacia otro lado, y al pasar por el local de Harvey Milk, el que tenía bajo su vivienda en el 575 de la Calle Castro, en San Francisco, frené suavemente y retrocedí. El negocio que había ocupado durante largo tiempo el ex local de Milk, ‘Given’, una deliciosa tienda de regalos de hogar, había cerrado. En su lugar, espacio vacío, salvo el escaparate. En él un enorme display con fotos de Harvey lleno de vida, pins y pequeños objetos de sus campañas y arriba del todo, un cartel en lona con un nombre que traía otros tiempos, ‘Castro Camera’. Pensé ligeramente emocionado y sonriendo para mí a un tiempo: ‘Harvey Milk ha vuelto a casa‘.
A Harvey Milk lo mataron no por ser gay realmente, sino por hacer las cosas a la manera de Harvey. Harvey no se vendía, no se vistió como un político ortodoxo (lo hacía con trajes y zapatos de segunda mano), no respondía en sus maneras al esquema ideal de marica silencioso de la época, no se plegó a las exigencias de otros. La gente votó por él y el actuó a su manera, creándose simpatías, muchas, pero inevitablemente otros muchos enemigos. Uno de ellos, su camarada de Concejo y compañero de cafés de media mañana, Dan White, le arrancó la vida de cinco tiros, el 27 de Noviembre de 1978. [Leer más…] acerca deA la manera de Harvey