Pero qué pereza me da escribir sobre las burradas que los intolerantes sueltan por la boca… Para Nochebuena, el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, nos dejó un regalito a los gays y lesbianas. En una entrevista hizo declaraciones homófobas de este tipo: “Lógicamente, creo que el fenómeno de la homosexualidad es algo que perjudica a las personas y a la sociedad”.
A lo que añadió: “A la larga pagaremos las consecuencias como las han pagado otras civilizaciones. Yo no digo que se reprima, pero entre no reprimirlo y promoverlo hay un margen. Creo que hay que promover la educación. Los valores de la feminidad y la masculinidad debemos inculcarlos en los niños. Puede que nos digan que estos valores son retrógrados, pero nosotros pensamos que estos valores respetan la libertad pero al mismo tiempo orientan a las personas”.
No estoy de acuerdo en nada con este señor, menos en lo de que hay que promover la educación. Eso, eso, a educar, pero a los intolerantes, que falta les hace…