Dicen que la suerte de la fea, la guapa la desea. En nuestro caso sería que la suerte del marica, el hetero la desea. Desde que tengo Grindr no he ligado mucho pero al menos la aplicación ha dado para unas cuantas conversaciones de sobremesa.
Huesca es una ciudad tremendamente aburrida para usar Grindr. Siempre me sale mi mejor amigo y un par de usuarios más. Si le das a cargar más, pues te sale gente de Zaragoza. Y si vuelves a cargar, pues gente de Francia. Precioso todo. El caso es que ya he vivido que alguna heteroamiga se vuelva loca y empiece a mirar perfiles. Y si te despistas a mandarles mensajes. Y no, no ayuda en absoluto a ligar.
Este fin de semana, encontrábame yo algo más alejado de uno de los pocos centros urbanos sin Zara, y por fin activar Grindr tuvo algo de sentido. Y cuando en una mesa se juntan más de dos maricas con Grindr y comentan de ‘mira este barbas que está a 200 metros’ siempre hay heteros que preguntan.
[Leer más…] acerca deGrindr, el oscuro objeto de deseo de los heteros