Respeto, tolerancia y aceptación. Esos son los aspectos que el colectivo LGTB pedimos por parte de la sociedad. O bueno, mejor dicho, exigimos. Y no nos falta razón. Nos merecemos todo eso por ser personas iguales al resto. Nos lo merecemos y, por desgracia, aún queda mucho por conseguir esa igualdad plena.
Pero en ese merecer, en esa lucha, no vale todo. De nuevo por desgracia se nos olvida la realidad que vivimos. Se nos olvida que hasta 1975, ayer como aquel que dice, en este país que ahora nos permite casarnos se vivía en una dictadura. Una dictadura en la que ser homosexual era lo peor del mundo. Los padres de muchos de nosotros vivieron esa etapa. Los míos lo hicieron. Y todos ellos han sido víctimas, sí tanto como nosotros, de una educación retrógrada y reprimida.
Mis padres vivieron en su propia piel eso de que el Viernes Santo no se podía poner ni la radio porque era día de luto. Esos mismos padres míos, el próximo Viernes Santo, no solo van a tenerme a mí a su mesa, sino que también tendrán a un matrimonio homosexual amigo mío. Y esto es algo que ellos no se planteaban en absoluto hace tan solo diez años.
[Leer más…] acerca deNo todo el monte es homofobia