Su frágil salud formó parte de su leyenda tanto como su sentido del humor, sus apasionados romances, su activismo social o sus ojos color violeta. Cuando semanas atrás fue ingresada en el Cedars-Sinai de Los Angeles, eran muchos los que daban por hecho que Elizabeth Taylor volvería a salir airosa para seguir iluminando, en vida, las colinas de Hollywood, con el fulgor de quien era sin duda, la última de las grandes estrellas del Cine Clásico. Esta vez, sin embargo, los hermosos ojos de Liz han decidido cerrarse para siempre.
Con la muerte de la Diva, se acaba una era que permanecerá no sólo en la memoria de cinéfilos, sino en la de toda la Comunidad Gay Internacional que tuvo en Ella a su primera aliada en su activismo contra el SIDA y a favor de nuestros derechos y a la más influyente mariliendre de la Historia del Séptimo Arte. [Leer más…] acerca deRetrato de una Dama