Esta semana, Anatomía de Grey viene con un episodio bastante paradito, en sintonía con la tónica general de la temporada 12. Como recordaréis de episodios anteriores, DeLuca y Maggie Pierce mantienen una especie de aquí-te-pillo-aquí-te-mato relación secreta, Kepner y Avery finalmente se divorciaron tras su vía crucis de reproches y frustración, Meredith sigue siendo viuda y pronunciado la ese de una manera muy particular y nuestra pareja favorita de todos los hospitales del mundo mundial, con permiso de las eternas Esther y Maca, siguen haciendo su vida por separado, Arizona en modo livin’ la vida loca y Callie en una soporífera relación con la residente Penny. Veamos qué nos depara el capítulo de Anatomía de Grey s12e13 – All eyez on me. Contiene spoilers.
Anatomía de Grey s12e13 – All eyez on me
Callie, Bailey, Jackson y Meredith se desplazan a un hospital militar a realizar una complicada y «mágica» intervención, al más puro estilo X-men pero con bata blanca. Allí se encuentran con un médico militar bastante escéptico de su labor, pero Callie una vez más obra el milagro. Como ayudante acude Jo Wilson, porque Callie es muy profesional y declina llevar a su pareja y Bailey hace lo mismo con Warren – y aquí entre nosotros, ¿vosotros véis algo de magia en la relación de Penny y Callie o la única magia que hay entre ellas es la que se produce en los quirófanos debido al buen hacer de la Doctora Torres? – Una vez obrado el milagro, se produce algo aun más milagroso si cabe: Meredith Grey le da el teléfono al arisco cirujano de la clínica militar. ¿Estará preparada Meredith para volver a montar en bici?
Cuando pasas buena parte de tu vida encerrada en un hospital, es bastante plausbile que tus amigos, tu familia y tu pareja procedan precisamente del ámbito médico, es algo que sabemos todos de la vida en general y de las series en particular, pero que se le resiste a Pierce, no sabemos si porque va de profesional o porque se avergüenza de su relación con el macizorro-pero-residente DeLuca. En todo caso, lo suyo es un secreto a voces y finalmente, Maggie da el paso y sale del armario en una situación surrealista total.
Pero en el Grey Sloan Memorial hospital hay otros dos casos más que nos dan juego en el episodio: uno que es gestionado de forma negligente por Ben Warren y que le traerá problemas tanto con Webber como con su mujer y jefa Bailey y una animadora enferma, que nos permitirá indagar en la complicada adolescencia de la plantilla médica, a excepción de la doctora Edwards, de la que descubrimos un exitoso pasado como animadora.
En Ambiente G | Anatomía de Grey s12e12 – My next life
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