Acabamos el episodio anterior con el corazón en un puño: tras demostrarle a Adela que Carol y ella eran almas gemelas nivel «nos gusta oler los rotuladores» a través de una app de ligue fingiendo ser un tío, Carol se arma de valor y se declara a Adela. La cara de la heteroconfusa Adela es todo un poema, vergüenza y enfado a partes iguales, gritándole a la pobre Carol que no quiere estar con ella y dejándola sola en el restaurante. Pero ha llegado el día después y recordemos que Carol y Adela son dos extranjeras en una ciudad hostil como Berlín, además de profesora y alumna. ¿Cómo será el día después de la infructuosa declaración amorosa? Contiene spoilers.
Pues parece que han corrido un tupido velo y la vida sigue, pero como un Iceberg, todo lo gordo va por debajo de la superficie. La cuadrilla anda jugando al futbolín y termina picándose con unos alemanes, entre los que se encuentra Jürgen, el maromo garrulo de Adela. Era garrulo antes, cuando le puso los cuernos, así que ahora imagínate. El caso es que como en la vida real, la rivalidad futbolística es máxima, así que acaban retándose a un partido de fútbol real. El garrulo sabe del affaire de Carol y Adela, así que para darle un poquito de gracia al pique, se juega con Carol que si ganan los españoles, él deja de ver a Adela. Qué poquito amor propio tiene Adela planteándose siquiera volver con ese individuo cuando tiene a Carol loca por ella y luchando a brazo partido por su amor. Cuando Adela se entera de la apuesta, decide dejar su germanidad adoptiva y se une al equipo español, y como buena lesbiana – ella aun no lo sabe, pero tarde o temprano lo hará – es buena al fútbol, no como Carol, que rompe todos los estereotipos de la lesbiana tipo. Por cierto, aunque parezca que todo está bien entre ellas, Adela está super fría y se niega a celebrar los goles, pero ya sabéis que esta seducción va a ser una carrera de fondo.
Adela, que es la crack del equipo, se juega el gol del empate y marca. Si ganan los españoles, adios a Jurgën, sin embargo no tenemos tiempo para comprobarlo porque como es tradición en las pachangas de barrio, acaba en tangana. Adela es heteroconfusa de libro, está tan perdida con lo de Carol que tras el partido decide volver a intentarlo con el garrulo. Cualquier excusa es buena para huir de la realidad.
Mientras tanto, Ulrike y Alex siguen intimando…sus relaciones pasadas o presentes en el caso de Alex, siguen desmoronándose pero la verdad, no les importa demasiado porque cada día se atraen más. Que si, que son compañeros de trabajo y son primos, pero cuanto más primo, más me arrimo.
La relación de Jurgen y Adela tiene fecha de caducidad, ¿Lo veremos en el próximo episodio de Buscando el norte?
denigrante que useis el termino heteroconfuso como cualquier persona sin formacion de terminologia lgtbi o endohomofoba
fdsafd :que exagerado/a y que poco sentido del humor pero sobre todo que susceptible!!