Recordaréis de episodios anteriores que Adela tenía la cornamenta del tamaño del ciervo del Jagërmeister gracias al inclino Jurgen, pero a pesar de todo tras el partido Alemania – España, decide retornar con él. Mientras tanto, Carol se ha dedicado a demostrarle a Adela lo compatibles que son y la buena pareja que harían, demostrándole que lo de la primera noche no fue un error, sino la materialización de su química. ¿Cómo habrá avanzado su relación? Contiene spoilers.
Pues si, Jurgen y Adela están juntos, pero la relación no es como antes. Jurgen es más soso que un bocadillo de harina y dados sus precedentes, no es de extrañar que Adela desconfíe de él. Sin embargo, parece ser que Jurgen ha aprendido la lección y quiere tomárselo en serio. Mientras tanto, Carol necesita encontrar trabajo urgentemente, pero como no sabe alemán y ha dejado las clases con Adela porque Adela no le habla…pues es la pescadilla que se muerde la cola.
Pero parece que tras la tensión, la relación entre ambas comienza a normalizarse y Carol no sólo retoma el curso de alemán sino que consigue que Adela meta su curriculum en el hotel, suplicando un poquito en forma de maullido como sólo ella sabe. No pretendo emocionaros, pero aunque Adela y Jurgen estén juntos, ahora Adela y Carol van a ir juntas a clase y van a trabajar juntas…y el roce hace el cariño.
En casa de Adela, el gorrón de su padre sigue aprovechándose de ella y fingiendo que está allí por puro amor paterno cuando en realidad se descubre que está huido de la justicia, pero como en toda buena comedia, en el mismo episodio descubrimos que Roberto tiene un tumor en el riñón, pero Adela no le cree.
Ulrike ha sido invitada a una boda y para hacer ni más ni menos que de dama de honor, teniendo que hacer un flashmob. Como lo único que se le da bien a Ulrike es establecer comparaciones germanohispánicas y los cambios de humor, tiene que recurrir a su primovio – primo de toda la vida y futuro novio – para que le enseñe a coordinar las distintas partes de su cuerpo…dado el escaso talento, decir bailar es poner el listón muy alto. Cada día, Ulrike y Alex están más juntos y ya no pueden evitarlo y se besan. Haciendo una especie de Crossover entre series, no me puedo ni imaginar a Ulrike bailando al ritmo de una canción entonada por Angustias, de El Ministerio del Tiempo cantando. Apocalipsis total vamos.
Mientras tanto, Kiko, el sobrino de Lucas aparece en Berlin, aparentemente es el cerebro de la familia y está allí por una beca: Si, una Orgasmus Erasmus, pero en realidad aprovecha su viaje para liberarse, disfrutando de la noche alemana y tirándole los tejos hasta a su tía.
Buscando el norte vuelve después de Semana Santa, con más #Carela, ahora en clase y el trabajo juntas.
En Ambiente G | Buscando el norte s01e05 – Lo mejor de Carol y Adela
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