El Ministerio del Tiempo se ha lanzado esta semana a arrancarnos una lagrimita (en mi caso han sido bastantes más) con un capítulo que iba de la paranoia de las enfermedades contagiosas a la conspiración interna del propio Ministerio. Todo esto aderezado con grandes dosis de humor y por supuesto historias de amor gay y bollodrama, mucho bollodrama.
El Ministerio del Tiempo e13: Un virus de otro tiempo

El capítulo arranca con Cayetana Guillén Cuervo ayudando a Elena Furiase tener un bebé. Lo típico. Todo para asegurar el nacimiento de Carmen Amaya. Allí es donde Irene Larra, diva de las #cayetaners contrae la terrible gripe española. Y de ahí en adelante pues todo es un brote muy a la española, como la gripe. Todo el capítulo es como una gran referencia (y bastante puyas) al caso del ébola que sufrimos en España. Pero siempre con el toque elegante que le dan en el Ministerio del Tiempo.
Pero volviendo a la serie, la presencia de Susana Torres, la malvadísima nueva jefa del Ministerio del Tiempo, se nota hasta en la forma de narrar. Para empezar, los planos de Susana en la oficina que ocupaba Salvador han cambiado de orientación. Lo cual dice ya mucho de ella. Lo hace todo al revés de cómo lo hacía Salvador. Y aunque nos intenta vender la moto de que lo hace por no dejar atrás a ningún agente de campo, está claro que lo hace únicamente por Irene. ¿Habría hecho lo mismo por cualquier otro agente?
Hagamos un pequeño parón antes de seguir con el bollodrama para hablar de la parte central del capítulo en el que los enfermos veían pasar su vida ante sus ojos. La de Alonso, pues bueno, bien. Pero Germán… ay, Germán… otro de esos secundarios que lleva con nosotros desde el primer episodio, con su eterno periódico y su afán colchonero. Pero los lagrimones que me ha arrancado este personaje no lo sabe nadie. Ay, esa relación con su padre. Ay, ese darse cuenta de que tiene que arreglar la suya con su hijo :_____)
La otra que ha visto parte de su pasado ha sido Irene que nos daba el beso ESE BESO con Susana. Un besazo precioso a contraluz, con esa pasión comedida, ese morbillo de montártelo con tu superior. Aunque el auténtico bollodrama parece estar mascándose para la semana que viene.
Aunque el auténtico puntazo de amor/humor gay lo han puesto Mariano y Pepe con ese amor que florece en Altamira. Porque lo que ha unido el paleolítico, que no lo separe el hombre. La verdad es que la coña ha sido muy bien llevada a lo largo de todo el capítulo para dar un resultado final tan divertido.
Y como último pensamiento… ¿soy el único que no echa nada de menos a Julián? Que vamos, Pacino se ha ganado mi cariño en 3 capítulos casi sin pestañear. Es divertido, es listo y mujeriego. Pero a la vez es muy buen compañero y fiel. Y guapo, que Hugo Silva es un rato guapo.
En Ambiente G | El Ministerio del Tiempo e12: El monasterio del tiempo
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