‘Glee’ regresó la semana pasada con un capítulo especial. Especial por el día de emisión (en domingo, cuando normalmente se emite los martes), y especial por ir detrás del evento con más audiencia de toda la televisión norteamericana, la Super Bowl. Esta edición de la final del fútbol americano ha sido la de mayor éxito en la historia, con más de 100 millones de espectadores, pero ‘Glee’ sólo pudo retener unos 26 millones, lo cual no es ningún éxito.
En cualquier caso, a pesar de tratarse de un capítulo especial, en ‘Glee’ no han apartado la trama normal de los episodios. Podrían haber optado perfectamente por crear algo nuevo y aislado, más procedimental, para así captar a una audiencia que normalmente no tiene; pero no, han preferido hacer avanzar la trama de base, tanto en el terreno sentimental como en el de Karofsky, al que ya empezábamos a echar de menos en la serie.
El equipo de fútbol se une al Glee Club
Siempre me había preguntado cómo es que no había ningún problema en que Puck, Finn y Sam pudiesen estar en el equipo de fútbol y a la vez en el coro sin que hubiera ninguna pelea. Bueno, aquí está la respuesta, sí que la hay. Y para detener esta espiral de violencia, la entrenadora Beiste y Will (que ya son super amiguitos del alma) deciden juntarlos a todos en el coro. Y el que diga que no, se va pa’ su casa con lo puesto.
Todos acceden, e incluso les llega a gustar, pero viendo que su popularidad decae más que la credibilidad de las lágrimas de Belén Esteban, al final acaban por abandonar tanto el coro como el equipo de fútbol. Primero lo hizo Karofsky, y luego le siguió el resto. ¿La solución? Pues bastante simple: Si el equipo de fútbol no va al coro, el coro irá al equipo de fútbol. Y allí estaban todas las chicas chillando en cuanto empezaba el juego; bueno, todas menos Lauren, que estaba deseando coger el balón y cargarse a más de uno en la defensa.
Pero como siempre, ahí está el salvador, Finn, que en una sentada y con un discursito de los suyos fue capaz de atraer de nuevo a los jugadores y a las animadoras que habían renunciado. Es increíble la facilidad que tiene este chico para cagarla y unos segundos más tarde sacarse de la manga la fórmula perfecta para que todo el mundo acabe adorándole. Y claro, ya si me lo pones en esas mallas apretadas cuando juega al fútbol, uno se termina derritiendo por completo.
Sue Sylvester y su crisis creativa
El fuego, las torres de animadoras y las bengalas ya no son suficientes para Sue, que no ve la forma de superarse a sí misma en el torneo de animadoras. Así que decide comprarse un cañón para lanzar a una de sus «cheerios» por los aires. A la más tonta, claro, a Brittany. Pero cuando Will y el director se enteran de sus intenciones, la obligan a desistir, y del rebote que se pilla, exige a Quinn, Santana y Brittany que dejen el coro si quieren seguir siendo animadoras.
Al final ya os he contado cómo acabó todo. Finn puso su sonrisa de indefenso y las tres cayeron como moscas en la miel; las tres han dejado de ser animadoras, pero… ¿cuánto tardarán en volver a ponerlas junto a Sue? En este capítulo nos han querido a poner a la entrenadora de las animadoras como un bufón; después de perder el campeonato y de esa entrevista tan absurda que le hicieron, Sue ha alcanzado su punto más bajo… sólo para resarcirse en los próximos capítulos. No tardará en volver.
Los momentazos de «The Sue Sylvester Shuffle»
Y siguiendo con Sue, fue la protagonista del que quizá sea el momento más divertido de la serie. Me estoy refiriendo al «momento Hulk» en el que empieza a tirar todo lo que se encuentra a su paso: mobiliario, alumnos, taquillas… lo que sea. ¿Y cuándo le preguntarón qué hacía, ella fue bastante clara:
Estoy mandando un mensaje, se acabó el jugar limpio…
Y cuando habló con Brittany para convencerla de que se metiera en el cañón:
Quiero que recuerdes que ese cañón tiene dos pequeños bebés cañoncitos en casa, y uno más en camino. Y si te niegas a firmar esto, esos bebés podrían pasar hambre. Y además, la mamá cañón tiene fibromialgia, así que no puede trabajar.
Además, en la serie se han propuesto sacar a Darren Criss cantando en todos los capítulos. En este se ha puesto a interpretar el «Bills, bills, bills», que pretenden llevar a las Regionales. Muy mono el chico, muy lindo, canta muy bien y la canción está genial, pero… ¡basta de meter actuaciones con calzador!
Y por supuesto, no nos olvidamos del final. Con Quinn fuera de las animadoras y Finn que no perdona a Rachel ni a la de tres, al final ambos han caído en los brazos del otro. Ha sido bastante sorprendente, ya que Quinn y Sam hacían una pareja perfecta y parecía que iba a ser algo definitivo, pero así es ‘Glee’, imprevisible hasta el final. La cosa ha ido a más en el siguiente capítulo, que se emitió apenas dos días más tarde, pero eso ya lo comentaremos el lunes.
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La verdad es que las actuaciones de Darren Criss están por estar (si por lo menos fueran dúos con Chris Colfer o algo…). Que pongan a Lea Michele en casi todos los capítulos cantando es comprensible (incluso va con la personalidad de su personaje) pero lo de Darren no viene a cuento. ¿Tendrá algo que ver que la canción ‘Teenage Dream’ vendiese tanto?
¿Soy yo o Santana está más jamona que nunca? En serio, no se si se ha puesto pómulos o qué, pero tiene la cara como una torta.
A mi me gustó mucho, sobre todo el número musical de Thriller, y no me importa si solo lo vieron 26 millones, con que me guste a mi, jo
Creo que si que te tiene que importar un poquito más. Si sólo la terminas viendo tú, no más Glee y no más numeritos musicales hasta la saciedad.
Teniendo en cuenta que normalmente no llega a 10 millones de espectadores (y eso ya es bastante), que se hubieran quedado a verlo 26 millones sí que es un éxito.
Y que Darren cante tanto me está empezando a cansar.