‘Glee’ 2×13: «Comeback», análisis del capítulo

“Regresar”. Comeback, como bien nos recuerda Will al principio del capítulo, significa “regresar”. Pero, ¿qué es lo que regresa en este capítulo de ‘Glee’? Pues muchas cosas. Vuelve el Glee Club, vuelve Sue Sylvester tras su caída con las animadoras en el último campeonato, vuelve Emma (que la tenían olvidada desde que la emparejaron definitivamente con el dentista cañón), ¡vuelven los abdominales de Mike Chang!, y vuelve también a enseñar carne el chico de la boca grande.

Los únicos que no vuelven son Kurt y Blaine, que después de haber provocado más de una arcada de amor en el último capítulo nos han dado una tregua en su relación. Lo mismo están aprovechando para conocerse, por dentro y por fuera (que ya sabemos que Blaine tiene mucho donde investigar), pero mientras esperamos al capítulo de la semana que viene para ver cómo les va a los tortolitos, aquí vamos con nuestro análisis de este capítulo número 13. Recuerda, a partir de aquí, spoilers como catedrales.

Justin Bieber, el terror de las nenas

Definitivamente tenemos una zorra entre nosotros, y se llama Quinn-Barbie. La chica, por poder tirarse a Ken y a Action Man, se ha inventado una historia en la que ella queda de heroína, pero como Sam está con la mosca detrás de la oreja decide pasar a la acción para mantener a su rubia al lado. ¿Y quién es el mayor terror de las nenas ahora mismo? Justin Bieber, que además resulta tener el mismo corte de pelo “a lo casco” que Sam.

Y mira, yo no tengo ningún tipo de sentimiento hacia el Bieber, ni odio ni admiración, más bien indiferencia, pero será que Sam Evans me pone más caliente que una moto vieja, porque en cuanto lo vi con la sudadera meneándose de un lado a otro sentí una sensación de desasosiego enorme que no me pude quitar de encima en todo el capítulo. Además, como bien le dijo Puck, ese peinado le hace la boca más grande…

Quinn cae en redondo a sus pies (obviamente), pero ahí está la otra zorra implacable, la muñeca Nancy, que ha puesto los ojos en Sam y hasta que no se lo lleve al huerto no va a parar. Y para un hetero, unos pechos operados son unos pechos operados, así que no tarda en mandar a Quinn a donde picó el pollo. Barbie y Ken se separan, es oficial, y teniendo en cuenta el acercamiento que hemos visto entre Rachel y Finn, veremos si la rubia al final se queda sin “cheerios” y sin novio.

Sue Sylvester returns

Tras un episodio en la sombra, Sue Sylvester ha vuelto, aunque con la moral muy baja. Para resarcirse, ha tirado de todo lo que ha podido: ha llamado la atención con sus absurdos intentos de suicidio, se ha metido en el Glee Club para ver si así adquiría el espíritu de comunidad, ha estado en el hospital junto a niños enfermos con cáncer (que a lo mejor lo suyo es hacer el bien y no el mal), y finalmente ha optado por la opción que más le ha gustado siempre: dar por culo al Glee Club.

Primero enfrentando a sus dos divas, Rachel y Mercedes, pero como divas que son no han podido evitar hacer las paces durante la canción. Así que Sue ha vuelto a hacer una de las suyas; si el año pasado se convirtió en jurado de las “Regionals”, este año ha decidido entrenar al equipo rival, Aural Intensity, ganador del año pasado. De Vocal Adrenaline no hay noticias, así que mejor nos vamos haciendo a la idea de que Jonathan Groff no va a volver a aparecer.

Los momentazos de “Comeback”

¡Carne, carne, carne! Este capítulo de Glee ha tenido mucha carne, y la verdad, para tratarse de alumnos de 16 años (¡JA!) están todos muy bien servidos. Sobre todo Sam Evans, que ya nos había enseñado en muchas ocasiones su torso desnudo, pero ¿y esos pectorales? Madre mía, que de ahí me cuelgo yo y me hago una hamaca para vivir el resto de mi vida.

Otro gran momentazo, que también incluye carne, se produce con Mike y Tina. Ella, abrumada con tanto Justin Bieber, prefiere jugar a Angry Birds antes de ver los abdominales de su novio. ¡Pero alma de Dios! ¡Aprovecha lo que tienes!

La frase lapidaria de esta semana ha venido de la boca de Santana, que en su afán por hacerse con la inmensa boca de Sam Evans le ha espetado lo siguiente:

A pesar del hecho de que tu boca está desproporcionado con respecto a tu cara, todavía te las puedes arreglar para ser agradable. Pero no te equivoques, cada vez que abras tu enorme boca para dar tu opinión o humedecer el sello de algún gigante perezoso estás a un paso de que todos vean que eres idiota. En este momento ofrezco mis servicios como amante; no sólo te estoy dando plenos derechos de visita a estos gemelos desbocados que viven en mi caja torácica, también tienes una oportunidad para demostrarle a Finn que no se puede meter con Sam Evans; y no sólo porque puedas abrir tu ingente mandíbula y tragártelo entero como una pitón, sino porque tienes tirón en este instituto.

Definitivamente, Sam Evans tiene la boca grande.

La semana que viene, a nuestros chicos se les va a calentar el pico… por culpa del alcohol. Parece que se avecina un capítulo con moralina incluída, que nos enseña que el alcohol es malo y no hay que abusar de él. Pero en el camino nos va a dejar situaciones muy alocadas, y por fin veremos a Blaine fuera de ese horrible horrible horrible uniforme que no deja ver nada. Además habrá beso, un beso muy inesperado. Todo esto y mucho más lo comentaremos, como siempre, el próximo lunes en Ambiente G.

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