Tras la adrenalina de los episodios anteriores, el Jessica Jones s01e11 A.K.A.I’ve Got the Blues se torna un poco flojo, con Jessica Jones clamando venganza tras el suicidio de Hope Slothmann y con Kilgrave una vez más huido, aunque esta vez con un rehén:su padre. La verdad, la chica será muy fuerte, solitaria, borrachuza y no necesita una escalera para coger los botes de conserva de la despensa, pero le ha costado darse cuenta de la imperiosa necesidad de erradicar a Kevin Kilgrave de la faz de la tierra, ya que Kilgrave es pernicioso para la seguridad pública y lo demuestra día a día con sus macabros caprichos y sus nefastas consecuencias. Contiene spoilers.
Jessica Jones s01e11 A.K.A.I’ve Got the Blues
En este episodio seguimos descubriendo mediante flashbacks la relación de Trish y Jessica durante su infancia. Ya sabíamos que Jessica había sido adoptada por los Walker tras el accidente mortal de sus padres y Patsy era una niña prodigio al estilo Jackson Five, con una madre tirana. La situación de los malos tratos y explotación de Trish se trata con bastante ligereza, entre otras cosas porque Trish no quiere hacer un drama de ello – como muchas mujeres maltratadas, a las que su marido les pega lo normal – , no obstante Jones tiene sangre en las venas y no lo soporta, amenazando a su madrastra y mostrándole así sus superpoderes. Algo bastante aterrador, ya que dada lo aprovechada que es Dorothy Walker, podría tranquilamente venderla al circo.
Trish y Jessica andan a la búsqueda de Kilgrave y su mejor manera de encontrar pistas es rastrear las morgues por si encuentran a Albert – ya hemos visto cómo se las gasta el británico ajustando cuentas con su familia – , ofreciéndonos algunos momentos de humor negro bastante reseñables. Qué gran pareja forman estas dos, cómo se complementan, con una Jessica negra y ácida frente a una Trish optimista y sonriente, que le recuerda su increíble valor y comportamiento heroico desinteresado. Después de todo, Jessica es su heroina particular desde la infancia. Es curioso cómo Jones anda apesadumbrada a lo largo de la temporada por su pasada posesión Kilgraviana – incluyendo el homicidio de Reeva – y el asunto de Hope, obviando que cada día son manipuladas y asesinadas varias personas bajo el influjo de Kilgrave.
Pero es que Trish y Jessica se complementan tanto que por fin alguien es capaz de decirle a Jessica lo que todos pensamos: QUE VAYA A SU PUTA CASA Y SE CAMBIE DE PANTALONES. En esas andan cuando un dopado Will Simpson las aborda, dispuesto a asesinar a Jessica. No quería decir que os lo dije, pero a mi este chaval siempre me dio mala espina. Su excusa es que Jessica nunca ha querido matar a Kilgrave y que quizá, tenga algo con él. Con Jessica herida y reventada de la mala vida, Will es un rival difícil con posibilidades reales de terminar con ella. Así que Trish decide ser la heroina por una vez en la vida, tomando una de esas pastillitas rojas de Simpson. La pelea dura poco, pero consiguen reducir al desequilibrado soldado. Sin embargo, el kit de medicación está compuesto por tres tipos de píldoras: la roja, que aumenta la adrenalina, la azul, que es la que baja ese subido y la blanca. Sin la azul, Trish colapsa y se desmaya. Afortunadamente, Jessica llama a una ambulancia y éstos consiguen revivirla.
Y así nos quedamos, con un Kilgrave huido con su padre, Simpson siendo rescatado por su unidad del apartamento de Jessica y nuestra pareja favorita en el hospital, sanas y salvas, pero sin el objetivo cumplido.
En Ambiente G | Jessica Jones s01e10 A.K.A. 1000 Cuts
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