El Ministerio del Tiempo demostró ayer, otra vez, porque es una de las mejores series (ya no sólo de ficción) que tenemos en pantalla ahora mismo. Y puede que en muchos años. La serie de Javier Olivares fue capaz de mantener varias tramas abiertas a la vez y entrelazarlas sin problema, de forma eficaz y sin marear al espectador. Uno de esos capítulos que marcarán esta segunda temporada. Analizamos con spoilers y con escotes, El Ministerio del Tiempo.
El Ministerio del Tiempo e18: Separadas en el tiempo
Pues la trama principal del capítulo de ayer era Enriqueta, la que fuera sirvienta en casa de Amelia, convertida en la Vampira del Raval. La Vampira del Raval es un personaje a medio camino entre el sensacionalismo de la época y la leyenda urbana. Una mujer que se dedicaba a la prostitución, al proxenetismo infantil, a la brujería y al tráfico de órganos. Mácabros crímenes de principios de s. XX
Pero de aquí derivamos a otra historia secundaria que, aparentemente, no tiene nada que ver. Irene Larra coincide con una profesora que parece haber formado parte de las Sinsombrero. Así empieza el tonteo de Irene con Julia. Para alegría de #cayetaners a Irene la están estilizando y escotando cada vez más. Lo cual, es siempre algo para aplaudir, que quieras que no, anima.
La trama acaba estando unida a la de la Vampira, ya que ésta había capturado a las dos hermanas, pero sólo se lleva en el tiempo a una de ellas, dejando a la otra convertida en una de las sinsombrero. Un giro maestro que dejó a los ministéricos to’locos en Twitter.
Finalmente Irene consigue que Julia pase a formar parte del Ministerio del Tiempo. Lo cuál va abriendo puertas a posibles nuevas patrullas. O incluso spin-offs. Pero, lo más importante, abre la vida sentimental de Irene. Y es que lo que más deseamos es que haya más tramas #cayetaners
Mientras, Amelia descubre que no se muere cuando ella pensaba; Alonso sigue tonteando con la descendiente de su Blanca; y Julián hace que echemos más de menos a Pacino. Toca destacar, claro, el hijo youtuber de Ernesto. Un niño con nombre de teléfono móvil/replicante que ha dejado clara su posición respecto a descubrir que tiene padre.
En Ambiente G | El Ministerio del Tiempo e17: Óleo sobre tiempo
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