El último invento en forma de reality de la cadena amiga se ha convertido en una auténtica muestra de amor lésbico, en este caso gracias a la historia de amor de Nagore, que ha resultado ser la ganadora del reality, y Sofía Cristo, hija de Bárbara Rey.
Los espectadores de Telecinco que sintonizarán el jueves pasado la final, pudieron ser testigos, una vez más, del amor de estas dos chicas, gracias a un emotivo encuentro en el que no faltaron las buenas palabras, las miradas cómplices y el beso de turno.
Pero es que, además, la historia ha tenido especie de petición de matrimonio televisada. Sofía escribió a Nagore, todavía en el reality, una carta de amor, y la concursante respondió en directo: “Me voy a casar con ella, que lo sepáis”.
Atrás quedaron otros momentazos, como la visita de Sofía a la granja y sus momentos íntimos vividos.
Desde luego, no podemos negar que el lesbianismo, o bisexualidad, de estas dos chicas, ha servido para vender horas y horas de televisión en las que no ha faltado el morbo, pero bueno, que en los tiempos que corren, siempre se agradecen estos ejercicios de visibilidad con los que a veces nos sorprenden los programas de máxima audiencia.
Vía y Vídeos | Telecinco
En Ambiente G | Nagore y Sofía Cristo, amor lésbico en prime time
Tan morbosa como otros personajes o situaciones y eso le da normalidad, por raro que suene
Exacto, son tan lo que sea como las demás parejas… en sálvame, acorralados o el programa de Ana Rosa. Le da normalidad.
wow, qué lindo!:D
Si por defecto es inadmisible observar como se han vendido esas dos personalidades a la virulenta cadena, más me lo parece que no se trate con crudeza seca esta «noticia», palabra que entrecomillaré una y mil veces, desde un blog que continuamente pretende defender los derechos de los homosexuales y, creo que por encima de ello, o así al menos debería, los derechos humanos.
Ni es la primera ni será la última vez que Telecinco nos ofrezca un espectáculo degradante con la vendida dignidad de los presentes, en esta ocasión se ha añadido un aliciente homosexual que vende, y tanto da, no hay más que observar la imagen congelada que encabeza el cuerpo de la «noticia», atención a la expresión fría expectante de Jorge Javier Vázquez mientras los payasos se besan.
No denoto crítica, no denoto la indignación que yo he sentido tan pronto he leído el título, ni en el autor de este post (que ha sido bastante imparcial hasta que he denotado agradecimiento en las últimas líneas, lo cual me ha sorprendido muy negativamente) ni en los que han comentado antes que yo.
No vendamos este programa más de lo que se vende ya a sí mismo, por favor; si lo que queréis es visibilidad, que no sea por estos caminos, o el eterno cisma que existe dentro de la comunidad gay se hará cada día más grande.