Lo confieso: estoy enganchado perdido a Operación Triunfo 2017. Y lo estoy desde que comenzó, por lo que significaba el regreso de un programa mítico. Pero también lo estoy por lo que, semana tras semana, OT2017 va consiguiendo. Hoy ya podemos asegurar que la nueva generación de triunfitos ha conseguido revivir el fenómeno del primer OT: arrasan en audiencia (salvando las distancias de aquellos años, claro), en redes sociales, en iTunes, en Spotify… y, en cuanto a nosotros respecta, arrasa mostrando la diversidad por bandera.
No es la primera vez que os hablamos de todo lo bueno que está haciendo OT en materia LGTB. Lo demostró hace unos días Noemí Galera respondiendo a una tuitera homófoba, y también lo demostraron los Javis cuando, hace unos días, contaron en la academia que sufrieron una agresión. Y hoy tenemos que volver a hablar de lo mucho que está visibilizando al colectivo LGTB este programa. Como anoche, mostrando, en nuestra televisión pública, un beso gay en una de sus actuaciones.
Era el número más esperado de la gala. Agoney y Raoul cantaban juntos un tema de amor, «Manos vacías». Ya en la academia, algunos de sus compañeros, como Cepeda o Mireya, se extrañaban de que dos chicos cantaran una canción de amor. A ellos les importó poco. En el pase de micros dejaron a todos con la boca abierta al terminar el tema con un beso de película. Y, si bien es cierto que a Raoul no se le vio del todo cómodo y relajado, repitieron la escena en la Gala 7, en directo, ante millones de personas que, como no podía ser de otro modo, convirtieron a la «pareja», Ragoney, en trending tópic nacional y mundial.
Insistimos. Esto pasó en prime time, en nuestra televisión pública. En la tele de Rajoy, la del PP. En la tele que se negó a emitir Worldpride porque no lo consideraban un evento de interés. En la tele que emitió una misa homófoba del Obispo de Alcalá. Y todo gracias a un equipo, el de Gestmusic, y a un plantel de profesores que, capitaneados por Noemí Galera, Javier Calvo y Javier Ambrosi, han decidido que este OT tenía que ser como debe ser: tan diverso y tan igualitario como nuestra sociedad.
Pero no fue el único momentazo. La gala abrió con un auténtico himno LGTB, «A quién le importa», cantado por todos los chicos mientras en las pantallas del plató aparecían palabras como «sexo», «amor», «marica» o «trans».
En las pantallas de @OT_Oficial pone "sapoconcho", "marica", "Freak"… Esto es una puta maravilla!! #OTGala7 pic.twitter.com/8ZubNaxnhm
— José Antoral (@antoral) 11 de diciembre de 2017
Pero es que ha habido más. Recapitulemos.
Este OT es el del beso de Marina a su novio trans en prime time…
… y el que canta a «La Revolución Sexual»…
… y el que habla de transexualidad en sus clases…
… y de las dificultades de las personas no heterosexuales en la sociedad…
… y el que habla de salud sexual y prevención
Y todo esto, repetimos, en TVE. Quizás no somos del todo conscientes de lo que OT2017 está consiguiendo en materia de visibilización LGTB. Yo un poco consciente sí que soy, y por eso, a OT, y en palabras de Noemí Galera, sólo tengo que decirle: «Ole tu coño».
Y Gracias.
Foto | JoseIrun
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