Sin duda, quien pone verdades en Operación Triunfo no es otro que Risto Mejide. El publicista y miembro del jurado de OT sienta cátedra cada vez que abre la boca en el concurso. Puede gustar más o menos la forma en la que dice las cosas, pero a mí me parece que no va para nada desencaminado.
Anoche soltó numerosas perlas. Perlas de las ácidas. Pero también de las no tanto. En su valoración a Chipper, no dudó en decirle que en un principio se preveía como uno de los concursantes con menos posibilidades de llegar hasta el tramo final del concurso, por ser negro, homosexual e inmigrante. «Sin embargo, hemos podido ver que España no es ni racista, ni homófoba, ni xenófoba. Y eso a mí me hace sentir bien«, aseguró Risto.
Simplemente, confío en que, una vez más, tenga razón en sus palabras, y que las muestras de apoyo que está recibiendo Chipper sean representativas de un país que está dejando la intolerancia a un lado. Sin duda, a mí también me tranquiliza.
Vía | Telecinco
Es un negro, immigrante y gay idealizado. Tu mete a cualquier immigrante de tu ciudad y por muy bien que cante ni si quiera habria pasado la primera fase.
Són (no, no me incluyo) muy hipócritas y hay perfiles de immigrantes que aceptan y otros que no. Al coger a Chipper tenian bien claro que era de los aceptados. Ademas, en el mundo del espectáculo la gente permite que haya negros gays, si quisiera ser presidente…la cosa cambia.
España es racista, homófoba y xenófoba, pero cada día menos.
Desgraciadamente, tengo que estar de acuerdo con Carlitos.
Sí, chicos, la verdad es que yo también estoy de acuerdo con vosotros. Pero es de lo siempre: algo es algo…
Pues que bien, estamos todos de acuerdo 😉
España no es racista, no es homófoba ni es xenófoba. Hay que aclarar que la manga ancha no es para unos sí, y otros no. Cuando se vulneran los preceptos básicos de una sociedad donde existen opiniones encontradas acerca de las relaciones homosexuales, se está borrando el derecho a discrepar, y eso es dictadura de opinión, queridos. Yo admito que existan mis contrarios, pero no admito que me obliguen a comulgar con sus normas. Hasta ahí puede llegar su libertad y la mía hasta donde yo decida, todos iguales en derechos.