¿Qué puedo decir? Podéis llamarme ceniza, pero me esperaba otra mala temporada de The L Word y me he encontrado con el espíritu y la fuerza de la primera.
Puede que mi fascinación se deba a que, a tenor de la deriva que llevaba la serie, me temía lo peor, pero finalmente ha resultado muy interesante.
Para empezar no se puede negar que el guión en general está bastante mejor y que hay piezas magistralmente dirigidas, lo que no impide que puedan hacerse ciertas objeciones a alguna que otra cosa –como por ejemplo las blusas y vestidos estilo Sta. Rottenmeyer que ha llevado Bette para ir a trabajar-.
De todos modos, lo que sí le ha faltado a esta temporada ha sido una escena con la misma fuerza que el polvo/pelea entre Bette y Tina de la primera, aunque es posible que ése en particular sea muy difícil de superar.
Analicemos como han quedado las cosas para intentar averiguar qué será lo siguiente:
¡VIGILAD SPOILERS!
- Jenny sigue siendo la insufrible de la serie, incluso empieza a parecer una psicópata.
- Shane: pese ha haber empezado muy mal la temporada, la relación que tiene con Paige y el tema de su hermano le dan un aire más maduro. Mala suerte que Kristanna Locken –la actriz que hace de Paige- diga que no quiere volver a la serie.
- Helena: ¿se puede ser más disfuncional? He de reconocer que este personaje no me cae bien, pasó de ser una arpía a ser una gran amiga, pero ahora carece de sustrato. ¿Alguien intentará darle un poco de profundidad real al personaje?
- Max: lo que han hecho con Max esta temporada es prodigioso. Incluso empieza a caerme bien. La estrategia de enseñarlo desnudo y mostrar la incongruencia entre su cuerpo y su cara, lo humanizó. La muerte de su madre, la falta de aceptación de su padre y la ‘felación hetero’ que le hace la chica que han contratado para la página web de Alice, le ha dado una profundidad que antes no tenia, por lo que se notan menos los limitados recursos de Daniela Sea, aunque va aprendiendo.
- Papi: personaje totalmente prescindible. Al principio resulta gracioso buscar quien es la gran folladora de la ciudad, pero a partir de ahí, es puro relleno y aburrimiento.
- Kit: ¿por qué no se va? Esta temporada sólo ha hecho que molestar. Su flirteo con Papi y el alcohol –recordad que era alcohólica- es poco creíble.
- Tasha es el gran logro de esta temporada. El contraste con Alice en todos los aspectos es muy acertado. Y el tratamiento que se le da a la política del ‘Don’t Ask, Don’t Tell’ también es muy interesante. A Alice la vemos crecer en esta relación.
- Jodi es un personaje interesante a la altura de Bette y el hecho de que sea sordomuda aporta un grado de diversidad agradable a la serie.
- Phillys: gran personaje, algo sobreactuado al principio, pero que abre flancos interesantes para hablar sobre madurez y lesbianismo. Sobretodo cuando empieza a salir con la abogada lesbiana. Por cierto, la hija de Cybill Shepperd no es la mejor actriz que ha pasado por la serie ¿cómo puedes estar riéndote y furiosa al mismo tiempo?
- Bette y Tina: Tina por fin entra en razón y le ayuda a Bette a recuperar a Jodi… pero esa imagen sublime en el último capítulo cuando Tina casi besa a Bette… ¿empieza la reconciliación que todo el mundo desea?
- Dana: milagrosamente aparece como la conciencia de Alice en el último capítulo. La verdad es que no me gusta. Yo creo que es preferible dejar tranquilos a los muertos. Espero que a partir de ahora no aparezca Dana constantemente diciéndole lo que tiene que hacer a Alice. Estamos todas de acuerdo en que los guionistas se equivocaron matando a Dana, pero ahora no pueden engañarnos y hacer como si nada. Aunque peor sería que todo fuera un sueño y se despertaran dos temporadas atrás –como hicieron en la ya mítica Dallas-.
Lo cierto es que han conseguido que, al acabar el último capítulo, esté frustradísima por tener que esperar hasta el año que viene para ver como continúa. La posible reconciliación de Bette y Tina vuelve a ser el plato fuerte de la serie y eso me gusta.
Y por favor, dejad a los muertos en paz, sino no haberlos matado.