No, no vengo a entregarme a la escasamente compensatoria tarea de calentaros la cabeza con ese movimiento pluscuamcuáquero creado en gringolandia para desbaratar desde el horror de las mentes hiper obtusas, la tradicional calma chicha entre los partidos Demócrata y Republicano. Hoy quiero hablaros, porque hacía tiempo que no hablaba de cochinadas, de un Tea Party infinitamente más saludable y placentero.
¿Habéis oído hablar del Tea bag o Teabagging? Quizás no os lo han presentado pero casi seguro que habéis tenido el placer (¡y tanto!) de haber disfrutado de su cálida simpatía. Etimológicamente y traducido al español pues significa lo que significa, Bolsa de Te o Bolsadeteando, y os quedáis con cara de pedo, pero ¿qué se asemeja a una bolsa de entre todo aquello que tenemos los tíos colgando? Pues justamente aquello que nos cuelga detrás de aquello otro que nos cuelga: nuestro hermoso par de gemelos arrugados.
El caso es que Tea bag o Teabagging es un slang que define la acción de dar placer uno al otro mediante el masaje oral de los huevos. Así. Es decir, que la bolsa escrotal que recubre y sostiene los testículos pasa de ser testigo secundario de la pleitesía rendida generalmente al Rey Pene, a receptor principal, si no único, de las habilidades orales de quien nos calienta entonces la cama, o la esquina en el garage, o el descansillo en la escalera, o el coche o el cuarto de baño.
Como cualquier otra práctica buco genital, los origenes de la misma son del todo desconocidos, porque es algo más viejo que los pantalones de pana. Ya sabemos que el sexo y sus diferentes prácticas ‘alternativas’ escandalizan a los pobres de espíritu que piensan que todo esto empezó el otro día y que ese todo debe limitarse a la casta penetración, eso sí, con camisón con agujerín de por medio. Pero esto de dar gusto en los huevos lo descubrieron nuestros peludos antecesores cuando no se pagaba impuesto alguno ni derrama, por ocupar una caverna.
En los US al que disfruta siendo chupado se le llama ‘teabagger’. Al que se lo pasa pipa chupando, ‘teabaggee’. Este último, si sabe lo que se hace, debe poner cuidado porque los testículos son mucho más delicados que el pene, con lo cual, aquellos que no saben qué hacer con los dientes mientras hacen una mamada, mejor se abstienen o entienden esta práctica como, justamente, lección práctica de cómo dar gusto con la boca sin hincar el diente, dando gustito con lo más blando que tenemos bajo el bigote: lengua, saliva y labios.
Luego todo depende de cada cual. el ‘baggee’ introduce, enjuaga e intercambia las pelotas en su boca, o las dos a la vez, o juguetea con la lengua entre ellas, o las besa, las olisquea, qué sé yo, esas cosas, que en el sexo no hay más regla que las que os hagan en la más estricta intimidad, más felices a los dos.
Hay quien se obsesiona con ello, que empieza a tomar té y ya ni vino, ni café ni soda vuelve a tomar más nunca, porque encuentra ahí su morboso rinconcito del amor. Hay quien lo encuentra, además de muy excitante, extremadamente dulce y tierno. Algún prejuiciado lo ve como una señal de humillación o sumisión, si hablamos del ‘ggee’ y dominación (‘gger’), pero cada cual define sus cosas a su manera, que el diccionario es rico y el papel y las neuronas aguantan las definiciones que hagan falta.
Pero lo llaméis como lo llaméis y le dediquéis la atención que os parezca, es hermoso descubrir que ahí mismo, donde más duele, también tenemos un chakra del amor por donde dejar escapar y recibir, también, parte de esa necesariamente generosa entrega que sin ninguna clase de censura, nos regalamos hasta el éxtasis entre las sábanas.
Ay, Dan… tú sí que sabes…
Pues la verdad es que no sabía su nombre, aunque sí de sus virtudes 😉 . Ni que uno era «ggee» y el otro «gger» o que, si tienes la suerte de ser (y tener un compañero) flexible puedes ser un «ggeegger-sixtyniner» y… ay…
Que la «falocracia» es muy mala. Y la «falocracia sexual» pues igual de mala, o peor. Porque por ahí no alcanzamos el don de la durabilidad (los hay que más o que menos, pero nunca suficiente). Pero ¡¡ojito!! cuando juegas con testículos cualquier movimiento en falso es muy chungo… siempre muucha suavidad…
(comentario repetido, perdón, :S)
Esta práctica se aprende escuchando a Samantha de Sexo en NY de este tema: «el truco está respirar por la nariz». Creo que fué el comentario que mas me gustó de toda la serie (sobre todo viendo los gestos de las demás amigas mientras ella habla).