El otro día nuestra querida Susana nos envío esta divertida imagen que encabeza este post. Sí, somos así, en el grupo de correo de los editores de Ambiente G nos enviamos y reenviamos todo tipo de imágenes. El caso es que ésta me hizo pensar en lo importante que es la masturbación.
Es más que evidente que no puedo dar mucha opinión acerca de la masturbación femenina. Sí, chicas, lo sé, soy la peor lesbiana ever, pero es que ese capítulo en el imprescindible ‘Más que amigas’ me lo salté vilmente. Por lo que solo podré dar mi opinión acerca de la masturbación genérica o de la masculina.
Vivimos en una sociedad en la que hay un día para cada cosa. El día del Orgullo Friki, el día de Star Wars, el día del Medio Ambiente… afortunadamente alguien ha pensado que el autoplacer se merece algo más, se merece un mes entero. Como siempre, saldrán los defensores de las pajillas diciendo que no debería ser sólo un mes, debería ser cada día. Y yo digo amén a eso. Igual que el día de San Valentín muchos decís que el amor se demuestra día a día, también las pajas se han de hacer cada día, cada mes, todo el año.
Tuve un novio que no me dejaba tocarme. Me decía que teniéndolo a él, qué necesidad tenía yo de hacerme una pajilla. Intente explicarle por activa y por pasiva, que como me la toco yo, no me la toca nadie. Y eso, es una verdad universal. Que sí, que puede que alguna vez, alguien os haya hecho una paja cojonuda, pero me apuesto lo que sea a que no llega al nivel de complicidad que tenemos con nosotros mismos.
Las pajas son como el comer. Y digo como porque si se lo quitamos y se queda en las pajas son comer, estamos con una felación. Y eso es otro mes. Así que no la liemos. El caso es que normalmente tenemos tres motivos para comer, a saber.
Supervivencia.
Comemos para seguir vivos. Si dejamos de comer, nos morimos. Es así. Lo mismo pasa con las pajas: si no te tocas, te mueres. Al menos por dentro. Eso que os han dicho toda la vida en los colegios de curas que si os tocabais os quedabais ciegos, era mentira. Quizás ahora, con los recortes, si os tocais os quedareis miopes. Pero es falso. El único riesgo de cegera que corres es si la eyaculación te da en el ojo. En ese precioso momento en el que el semen toca el ojo, amigas, Q.U.E.M.A.
Así, con mayúsculas y con puntos.
Si nos os tocais cuando el cuerpo os lo pide, morireis por dentro. Una ansiedad muy grande os llenará y sereis peores personas. Pensadlo, ¿qué preferís: ser unos amargados o personas felices que se tocan la titola? La respuesta es mas que obvia.
Capricho.
A veces, tras una larga jornada laboral, nos damos un premio y nos comemos un Snicker’s helado, un Ferrero Rocher o una bomba calórica del McDonalds. Te lo has ganado y lo disfrutas. Cada bocao te sabe a gloria y te da igual todo. Lo mismo pasa con algunas pajillas. Te pones esa escena tan total de Logan McCree, incluso subes el volumen, y a disfrutar. ¿Por qué? Pues porque te lo has ganado. Nadie puede quitarte ese placer. Es tuyo. Y te demuestras cuanto te quieres y cuanto vales.
Hay que quererse a uno mismo mucho. En todos los sentidos. Porque si no luego vienen los complejos. Tócate, quiérete y date placer.
Aburrimiento.
Sí, amigas. Cuando no teneis nada mejor que hacer, lo habeis visto todo en internet, las series americanas están en ese absurdo parón, ningún amigo pone nada en su Facebook y Twitter está parado porque no se ha muerto nadie y te dices pues me hariá un pajote y con la tontería, pimpam pimpam, acabas dándole al tema. Es como cuando no tiene hambre pero empiezas a comer pipas. Pues parecido.
Puede gustaros más o menos, pero no le negueis a vuestro cuerpo uno de los placeres más primitivos y naturales que tenemos. Vuestra mano, vuestro huevo Tenga, una película, un vídeo de Xtube, una sesión de Cam4, un buen libro erótico, un cómic pornográfico… o incluso vuestra imaginación y dadle rienda suelta a algo rápido, económico y que no hace mal a nadie.
Así que, ante la duda, paja.
Imagen | Joe. My. God.
En Ambiente G | Una buena paja
Todo eso siempre y cuando la paja no quite el McPolvo Feliz, pues se me ha dado el caso de «es que no tengo ganas porque antes me hice una paja». Por Dios, prefiero que me digas que te duele la cabeza.
Has soltado verdades como puños. Y la escena de Weeds sublime 😀
Sobre la imagen, es muy gracioso el ultimo argumento a favor.
Para mí, todos los meses son el mes de la masturbación.
Para todo los que sufren cefalea crónica, una pajilla al día, y adiós a esos dolores insoportables. Recomendados por 9 de cada 10 médicos (al que falta no lo encontraron para la encuesta, se estaba masturbando).
Es la primera vez que dejo un comentario en este blog, pero tu artículo y tú os lo habéis ganado. Me ha encantado, dios (oops, en vano, sorry, él sí que creó el mundo de un lefazo jaja)
Además,la masturbación suele servir para «experimentar» las fantasías sexuales propias en un entorno seguro: puedes dejarte llevar porque sabes que no va a pasar de tu cabeza.
Simulacros virtuales antes de llevar el sistema al entorno de producción… XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD que excusa más buena!
Si le quitas el como se queda en «las pajas son el comer»
Me has sacado las palabras de la boca! Estoy convencido que la masturbación es la culminación de la experiencia humana pues no necesita de la voluntad de otra persona para hacerlo y le podemos dar rienda suelta a la fantasía…